jueves, 25 de febrero de 2010

Chaquetas de cuero clásicas para moteros

El origen de las chaquetas de cuero para andar en moto se remonta justo al final de la primera guerra mundial, cuando muchos diseños empleados por los ejércitos que entraron en conflicto fueron adaptados para su uso civil y la motocicleta comenzó a extenderse.
En un principio eran chaquetas largas que llegaban por debajo de las rodillas, tal y como las empleadas por los oficiales en los tanques o en las trincheras durante la guerra pero enseguida se fueron recortando ya que los faldones pegaban contra las ruedas. Precisamente, las dos chaquetas de motero más famosas eran adaptaciones de diseños para el uniforme de los oficiales alemanes.
Una característica común en todas ellas es que el cuero, de cabra o caballo, era grueso, extremadamente duro y rígido para proteger la piel de sufrir heridas ante una posible caida.

Schott Brothers “Perfecto”

La primera chaqueta de cuero considerada propiamente de motero y probablemente la más famosa de todas, fue diseñada por los Schott Brothers en 1928 en USA, la bautizaron “Perfecto” y salía al mercado con un precio de 5,5$, el equivalente a unos 70€ actuales.

La Perfecto estaba basada en el corte de la famosa chaqueta de cuero larga que usaban los oficiales alemanes y su fama se disparó cuando en 1953 Marlon Brando aparecía ataviado con una de ellas y conduciendo una Triumph Thunderbird en la película “The Wild One”, en la cual interpretaba al líder de una banda de moteros.

Las Perfecto han sido copiadas y modificadas hasta la saciedad, siendo aun hoy en día una de las chaquetas de cuero más extendidas a lo largo y ancho del mundo y la chaqueta de motero por antonomasia. A los pocos años de ser sacada al mercado, fue copiada por los dos grandes fabricantes de motos estadounidenses de los años 40; Indian bautizó a su copia como “Ranger” contando con una versión femenina llamada “Rangerette”. Harley Davidson hizo lo propio llamando a sus copias “Cycle Champ” y “Cycle Queen”.

Constituida en standard, otros fabricantes de cuero se subieron al carro de la copia; Buco, Hercules, Beck, Blatt, Grais, Sears Oakbrook en los 60 y una infinidad más, dada su alta demanda a la que se incorporaron sectores ajenos al mundo de las motos. Las chaquetas tipo “Perfecto” se habían convertido en parte de la indumentaria de la cultura rocker generada en los años 50 por su asociación al mundo de las motos y a su imagen “canalla”, surgida tras la proliferación de las bandas de moteros relacionadas con actos delictivos en la segunda mitad de los años 40. Tanto fue así que en muchos colegios estas chaquetas fueron prohibidas.

Cafe Racer

Al iniciarse la segunda Guerra mundial la mayoría de fabricantes de cuero pasaron a suministrar chaquetas y pantalones para sus respectivos ejércitos. Tanto en USA como en Inglaterra nacieron las chaquetas que hoy conocemos como “bombers”, por ser utilizadas principalmente por el ejército del aire pero al finalizar el conflicto, el mundo de las motos volvió de nuevo a copiar los diseños del ejército alemán.
Junto a la Perfecto, otra de las chaquetas de motero más emblemáticas es la llamada “Café Racer”. Estos cueros eran una copia descarada de la chaqueta del uniforme de piloto alemán de la segunda guerra mundial, exceptuando las solapas en los hombros donde originalmente iban colocados los galones de oficial. Frente a las numerosas cremalleras y bolsillos de las Perfecto, las racers destacaban por su elegante simplicidad;

Se implantaron en Inglaterra al ser adoptadas por una sub-cultura dentro del mundo de las motos llamada “café racer”. Tras la guerra, las islas británicas fueron dotadas de una red de autopistas, por cierto otro invento alemán que pusieron en práctica casi todos los países del mundo tras quedar demostrada su utilidad durante el conflicto bélico.
En las autopistas británicas proliferaron numerosas cafeterías a pie de carretera, a modo de “aéreas de descanso” y los moteros británicos aprovecharon los tramos que quedaban entre cafetería y cafetería para realizar carreras y pruebas de velocidad. De aquí viene el apelativo “café racer”. El café de moteros más famoso es el Ace Café a las afueras de Londres.

Al hecho de lograr las 100 millas por hora (161km/h) en un tramo de autopista lo llamaban “the ton” en argot y la hazaña debió causar furor porque no tardo en nacer el “Ton Up Club”, un club de moteros dedicado a esta actividad. Otro deporte que practicaban era el “record-racing”, que consistía en poner una canción en la máquina de discos, algo de Eddie Cochran era habitual, coger la moto, llegar a un punto determinado en la autopista y volver antes de que la canción terminase, teniendo en cuenta que este tipo de temas suelen durar poco más de dos minutos.

Como lo que primaba era la velocidad, los ingleses usaban un tipo de motos llamadas también “café racers”, que eran motos con carenados aerodinámicos, precursoras en aspecto de lo que hoy sería una moto de competición. El fabricante principal de “café racers” era Norton pero las motos más famosas fueron máquinas modificadas por sus dueños. Las “Triton” eran una una Norton en la que se había instalado un motor de Triumph, los cuales ostentaron el record de velocidad entre 1955 y 1970. “Tri” venía de Triumph y “ton” era la última silaba de Norton; “Tri-ton”. De la misma forma, una “Tribsa” era una BSA con el motor de Triumph.

Las chaquetas tipo Café Racer perdieron las solapas del cuello a medida que fueron adoptándose los cascos integrales y posteriormente ganaron bandas de cuero añadidas en diferentes colores, con emblemas comerciales o parches.

Botas de motero; engineer boots y harness boots

Otro elemento extraido de Alemania tras la segunda guerra mundial fueron un tipo de botas conocidas como “Knobelbecher” o “jackboots”. Knobelbecher hacía referencia a las punteras curvadas hacía arriba que tenían estas botas. No fueron las más extendidas entre los moteros pero otros tipos de botas que ya existían anteriormente acabaron por adoptar en sus versiones más modernas formas similares a las Knobelbecher.
Este sería el caso de las botas de ingeniero, “engineer boots” en inglés, las botas por antonomasia y más clásicas de motero. Fueron creadas por la compañía estadounidense Chippewa en los años 30 y pueden ser vistas en sus catálogos de 1938 pero con el tiempo, han acabado por coger aspecto de Knobelbecher con hebilla añadida. De hecho durante la guerra se dejaron de fabricar para reaparecer al finalizar esta. En la foto, de izquierda a derecha, unas Knobelbecher, engineer boots clásicas y unas engineer boots modernas;

Las otras grandes favoritas entre los moteros son las “harness boots”. Estas botas, inspiradas en las clásicas de cowboy, tienen su origen en el siglo XIX y fueron usadas por el ejercito estadounidense durante la guerra civil.

La característica más llamativa son las punteras cuadradas, que con el tiempo han ido cogiendo una curvatura hacia arriba similar a las Knobelbecher. Los arneses laterales se añadieron durante los años 60 convirtiéndolas enseguida en clásicas. Todas estas botas tienen dos características comunes; el cuero es extramadamente duro para proteger la piel del calor de los tubos de escape y de posibles heridas en caso de una caida. El tacón es alto y tiene el borde cuadrado para que encaje en los pedales donde descansan los pies en la moto.

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