La larga agonía de los Beatles ha dado pie a todo tipo de especulaciones desde el mismo momento de su disolución.
El asunto parece seguir despertado interés 40 años después, cuando una revista como Rolling Stone USA, en su edición de Septiembre del 2009, dedicaba un extenso artículo retrospectivo en el que seguía indagando los avatares que llevaron a la ruptura.
En Agosto de 1966, los Beatles cerraban su gira estadounidense en Candlestick Park, San Francisco y
John, George y Ringo convencían a Paul de cesar su actividad en directo de forma permanente y dejar de ofrecer conciertos. Después, se separarían durante 4 meses hasta que en Noviembre comenzaron a grabar el Sgt. Pepper’s.
Tanto Rolling Stone como muchas otras fuentes coinciden en apuntar este acontecimiento y a
1966, como año del principio del fin, tras el cual se sucederían un cúmulo de situaciones que irian minando la relación entre los miembros del grupo, hasta que el 31 de Diciembre 1970,
Paul McCartney presentase una demanda de disolución de las relaciones contractuales que mantenía con sus compañeros de grupo, declarándose legalmente la ruptura.
Desde otro punto de vista, 1966 puede que sea un poco pronto para considerarlo como principio del fin ya que una parte importante del trabajo de la banda, considerada por muchos como la de mayor calidad, estaba aun por llegar. A saber,
5 de los discos más importantes de la historia del rock, un film y la fundación de una empresa, Apple, que incluiría un sello para editar sus futuros proyectos.
1967 Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Parlophone)
1967 Magical Mystery Tour (Capitol)
1968 The Beatles – White Album (Apple)
1969 Yellow Submarine (Apple)
1969 Abbey Road (Apple)
1970 “Let it be” (Apple)
Para tratarse de una banda que se está disolviendo, el resultado es
cuanto menos encomiable.
El hecho de dejar las actuaciones en directo no resulta tan relevante si tenemos en cuenta que su etapa de conciertos, desde la fundación del grupo en 1960, duró prácticamente la mitad de su carrera, 5 años y medio. Hoy en día sería un tiempo relativamente corto para los tiempos que corren, de giras mundiales interminables, con un ó dos años de duración. En la foto, el último concierto de los Beatles en Candlestick Park;
Otras fuentes apuntan a
la muerte de Brian Epstein, mítico manager de la banda, el 27 de Agosto de 1967, como momento en el que el grupo caía en el absoluto descontrol. Un descontrol un tanto particular ya que si bien, los miembros de los Beatles empezaban a actuar cada uno por su cuenta, esa misma actitud marcó las grabaciones del genial “White album”, en el que cada uno de los miembros tiraba del álbum llegando a trabajar por separado en tres estudios de grabación a la vez, considerando al resto de sus compañeros como si fueran músicos de sesión para la ocasión.
Otro posible punto donde ubicar el principio del fin, podría ser el
mini-concierto ofrecido en la azotea del edificio Apple, en Savile Road, Londres, el 30 de Enero de 1969, la última actuación de la banda en público.
Cierto es que las relaciones entre sus componentes, llevaban avinagrándose desde 1966 pero ese es el pan nuestro de cada día en muchas bandas, desde el momento en el que traspasan la barrera que hay entre actuar y grabar por diversión a hacerlo profesionalmente por motivos de trabajo.
El concierto de la azotea se hizo para cerrar el documental que habían comenzado a filmar sobre las sesiones de grabación del “Let it be”. El documental no llegaría a publicarse entonces pero el footage recogido por su realizador, Michael Lindsay-Hogg, refleja la tensión que se palpó en el ambiente durante las grabaciones.
En las imágenes se puede ver las amargas escenas en las que
George Harrison responde desairado al continuo acoso de Paul McCartney dándole instrucciones y a una
omnipresente Yoko Ono, constantemente pegada a
John Lennon, cuchicheando en sus oídos y saliendo con él cada vez que abandonaba el estudio.
Yoko Ono , la mala de la película
Yoko Ono debe ser, junto a Gary Moore,
uno de los personajes más odiados de la historia del rock. Basta con escribir su nombre en una web o foro de internet, para invocar a una legión de trolls y hoygans varios profiriendo insultos contra su persona.
John Lennon conoció a Yoko Ono durante una de sus exposiciones artísticas el 9 de Noviembre de 1966 o incluso tal vez un año antes pero no inició su relación con ella hasta Mayo de 1968, a su regreso del viaje a la India organizado por Harrison.
Harrison pretendía iniciar al grupo en la meditación transcendental bajo la tutela del guru Maharishi Mahesh Yogi. Cada miembro se tomó el viaje de forma diferente. Ringo escapó a los 10 días y Lennon duró dos semanas, tras las cuales decidió que quería
divorciarse de su mujer Cynthia y comenzar con Yoko. Cynthia en aquel momento estaba de vacaciones en Grecia y al volver, entró en su casa, encontrándose a Yoko con su bata de estar en casa puesta y a Lennon saludándola con un “oh, hola!”.
La idea de Lennon era
involucrar a Yoko en la actividad de los Beatles como si fuera un miembro más. Yoko no solo estuvo presente, pegada a Lennon constantemente en las sesiones de grabación del “Let it be”, si no que había empezado a practicar con él una extraña actividad llamada “conciencia elevada”, consistente en que la comunicación entre dos personas conectadas a través de verdades ulteriores es innecesaria, por tanto, cuando Yoko hablaba, en todo momento hablaba en nombre de Lennon.
Hasta la fecha, el régimen que seguían los Beatles era que
salvo ellos, nadie más opinaba sobre que decisiones tomar dentro de sus procesos creativos. Incluso en cierta ocasión, Paul McCartney había abroncado públicamente a Brian Epstein por meterse en temas artísticos.
La primera vez que Yoko abrió la voca para intervenir en una cuestión artística durante las grabaciones del “Let it be”,
Paul exclamó sorprendido; “que me jodan” pero a medida que las intervenciones se volvieron habituales, amparadas por los silencios de Lennon, ya que ella hablaba supuestamente en su nombre, el resto de los miembros del grupo se subían por las paredes.
Sorprendentemente, Paul fue el Beatle que se tomó con mejor filosofía el asunto Yoko Ono, según declaró después, solo había dos opciones, aguantarla o arriesgarse a perder a Lennon.
Sin embargo
George Harrison se lo tomó mal desde el primer momento. Durante los últimos 8 años prácticamente había aguantado sin tener mucha voz o voto dentro del grupo y ahora se encontraba con que una recién llegada pintaba mucho más que él.
Lennon había caído un error clásico, de los que se cometen cuando un grupo rebasa la línea que hay entre lo profesional y lo amateur, que consiste en dejar a terceros en discordia entrometerse en las decisiones de la banda; novias, esposas, suegras, cuñados, amigos… A Lennon le parecería estupendo pero para el resto de sus compañeros supone que alguien ajeno se ponga a su misma altura y tome decisiones que afectan directamente a su trabajo, a sus medios de vida y en este caso, como estaba la empresa Apple de por medio, a sus negocios.
Veinte días antes del concierto en la azotea de Apple,
Harrison llegaba a las manos en una discusión con Lennon por este motivo, de la que las cámaras de Lindsey-Hogg llegaban a captar solo el final, cuando George abandonaba el grupo, saliendo precipitadamente del edificio diciendo “me largo de aquí”.
El último concierto de los Beatles, 30 de Enero de 1969, azotea de los estudios Apple
Otra cosa de la que no quería oir ni hablar George Harrison por aquel entonces era de
volver a actuar en directo, mientras que el resto de miembros mostraban cierto entusiasmo con la idea.
Justo antes del “Let it be”, George había pasado algún tiempo con “The Band”, el grupo que acompañaba a Dylan y habían quedado encantado por el espíritu de las “Basement Tapes”, música en estado puro, temas grabados en una toma, recogiendo toda la emoción del momento.
Los Beatles
pretendían grabar el “Let it be” de la misma manera, en directo, cada tema en una sola toma sin post producción. Incluso Lennon despreció el trabajo de su ingenerio de grabación, George Martin, diciéndole literalmente que “no querían su mierda de producción”. La pega es que para poder grabar en directo, a la primera en una sola toma, hay que entrar en el estudio después de haber ensayado mucho.
Un ejemplo es
el primer disco de los Doors, el grupo había estado tocando en directo su repertorio durante casi un año entero y cuando el sello Elektra los contrató, se limitaron a repetir sus actuaciones dentro del estudio, grabando todo el trabajo y otros tantos temas desechados en tan solo una semana. Esto mismo es lo que querían hacer los Beatles con el “Let it be”.
Las sesiones del “Let it be” en realidad consistieron en
largos ensayos dentro de los estudios de cine Twickenham, donde eran filmados por Lyndsey-Hogg.
Como la banda empezó a sonar muy bien en los ensayos, volviendo al espíritu de sus inicios, se planteó la vuelta a los escenarios, cosa a la que al parecer, Harrison se negaba en redondo.
A los dos días después de abandonar la banda, el 12 de Enero los cuatro
Beatles se volvían a reunir para hacer “terapia de grupo”, llegando a un acuerdo; no habría más ensayos en los estudios Twickenham, no habría ningún concierto en directo pero el caso Yoko Ono quedaba sin resolver ya que seguiría asistiendo a las sesiones restantes del “Let it be” junto a Lennon. Al terminar la terapia, Lennon dijo que Yoko solo quería que la aceptasen y Ringo le respondería que ella “nunca sería un Beatle”.
Como se habían quedado sin conciertos que grabar para el film, a alguien, hay dudas si fue a Lyndsey-Hogg, Ringo o Paul, se le ocurrió
grabar un mini-concierto en la azotea del edificio Apple. Cuando estaban a punto de subir, el 30 de Enero de 1969 por la tarde, todavía tenían dudas sobre si hacerlo o no pero Lennon, que parecía encantado con la idea, les animó y ofrecieron su primera actuación desde 1966, una de las mejores.
En el concierto a los Beatles se les ve completamente pletóricos, con Lennon, McCartney y Harrison cruzando sonrisas de complicidad y disfrutando del momento. Lo último que parecen es una banda al borde de la disolución. Tiempo después, Lennon declaraba sentirse decepcionado, porque esparaba que la policía hubiese parado el concierto y les hubiese detenido por escándalo público o algo así, ya que hubiera sido un gran punto y final para los Beatles. La policia londinense sacó toda su flema británica y se limitó a controlar el evento manteniendo las distancias pero de las declaraciones de Lennon, se desprende que ya por aquel entonces atisbaba o al menos se planteaba en su mente el final del grupo.
Sea como fuere, a partir del mini-concierto, la última vez que todos los miembros de los Beatles estuvieron juntos en un estudio fué para grabar “I Want You (She’s So Heavy)” del Abbey Road el 20 de Agosto de 1969.
Los negocios de los Beatles, causa más probable
Si los Beatles sobrevieron a las sesiones del “Let it be” y en su concierto final no parecían estar tan mal avenidos, entonces ¿qué fue lo que motivó su disolución?.
El 28 de Enero de 1969, dos días antes del concierto de la azotea,
el abogado Allen Klein, que se dedicaba a la representación de artistas, se acercó a Lennon y Yoko cuando estaban en su hotel, ofreciéndoles sus servicios para asumir el papel de manager del grupo, la misma posición que ostentaba Brian Epstein antes de morir. Aquella misma tarde Lennon firmaba un acuerdo con el abogado y al día siguiente informaba tanto al resto del grupo como al sello EMI.
Allen Klein encandiló a Lennon y Yoko pero sin saberlo, aquel mismo día se desencadenaba una pugna por el control de los Beatles porque McCartney ya tenía en mente a otro candidato para manager,
el padre de su novia Linda Eastman, John Eastman. De hecho, había sido propuesto con anterioridad sin llegar a cuajar.
McCartney cometía el mismo error que Lennon con Yoko, al querer meter a un suegro de por medio. Cabe apuntar que Mick Jagger le había pasado una nota advirtiéndole de no fiarse de Klein, cuyas intenciones eran asegurarse el 20% de los beneficios del grupo, una exageración si pensamos que se trataba de los Beatles.
Ringo y Harrison se habían reunido con ambos candidatos y optaron por Klein, ya que les parecía un individuo más cercano a ellos, un tipo de la calle, mientras que Eastman les parecía un abogado de clase acomodada.
La disputa por el poder dentro de los Beatles paralizó temporalmente el proyecto “Let it be – Get Back” aunque todos los miembros del grupo se pusieron de acuerdo para grabar un
nuevo álbum, el “Abbey Road”, donde darían lo mejor de sí recuperando la esencia de los Beatles originarios, convenciendo al ingeniero George Martin para que regresase.
No obstante, siguieron produciéndose diversos incidentes. El 9 de Mayo, durante una sesión de grabación en los estudios Olympic Sound, Lennon, Harrison y Ringo se plantaban en la puerta junto a Klein exigiendo a Paul la firma del contrato, que ellos ya habían refrendado. Como Paul se negó,
le dejaron allí mismo plantado con toda la grabación por delante.
Las grabaciones del “Abbey Road” se completaron y el álbum vió la luz el 26 de Septiembre de 1969 pero
Lennon había actuado con la Plastic Ono Band unos días antes, el 13 de Septiembre, en el Toronto’s Rock and Roll Concert, flanqueado por
Eric Clapton. Parece ser que como la acogida por parte del público había sido excelente, se había planteado su salida de los Beatles para centrarse en el nuevo grupo.
Una semana después los cuatro Beatles se reunían con Klein presente y mientras McCartney intentaba persuadir a los demás para que volvieran a actuar en directo,
Lennon se levantó, le dijo que estaba chalado y que rompía el grupo. Tanto McCartney como Klein intentaron que rectificase aunque solo consiguieron convencerle de post-poner un par de meses el anuncio de la ruptura, con la esperanza de que cambiase de idea. Al subirse al coche de vuelta al hotel le diría a Yoko que “se acabaron los Beatles, a partir de ahora solo esas tu”.
Paul McCartney cayó en una depresión, refugiándose en el alcohol hasta que a sugerencia de su mujer Linda, retomó el control de sus asuntos y comenzó a trabajar en su primer álbum en solitario, en las navidades de 1969.
Por su parte, en Enero de 1970, Lennon, Harrison y Klein
volvieron a las cintas del “Let it be” grabadas un año antes. Las grabaciones, crudas, tal y como él mismo las había planteado desde el primer momento, ahora le parecían pésimas y aprovechando que acababa de trabajar con el
super productor Phil Spector en el “Instant Karma”, dejó en sus manos toda la post-producción, en la cual a instancias de McCartney, aplicó su muro de sonido en toda su gloria.
A McCartney la producción de Spector le sentó como un tiro, solicitando cambios que Klein denegó alegando falta de tiempo. En Marzo de 1970 llamaba a Lennon para comunicarle que él también abandonaba el grupo.
El último episodio aun estaba por llegar; su primer álbum en solitario estaba previsto ser publicado el 17 de Abril, mientras que Lennon, Harrison y Klein habían planeado lanzar el “Let it be” el 24 del mismo mes. Como ambos lanzamientos se iban a solapar, Lennon, Harrison y Klein enviaron a Ringo como emisario a casa de Paul McCartney, con una carta en el que se le conminaba a postponer el lanzamiento de su álbum… McCartney, que hasta 1970 había mantenido siempre la calma,
echó a patadas al pobre Ringo de su casa. El 31 de Diciembre de 1970, Paul McCartney presentaba la demanda de disolución del grupo.
Desde Abril de 1970, entre los Beatles solo quedaron cruces de
acusaciones en formatos varios, algunos muy peculiares. McCartney era el primero en anunciar la disolución del grupo, incluyendo una nota explicatoría junto a su primer trabajo en solitario. Inmediatamente, en una entrevista para Rolling Stone, Lennon acusaba a McCartney de usar la noticia de la disolución para promocionar su disco.
En 1971, ambos McCartney y Lennon,
usaban letras de canciones en sus discos en solitario para acusarse. Primero fue McCartney en su segundo disco “Ram”, publicado el 17 de Mayo de 1971, donde incluía un tema titulado “Too many people” – “ demasiada gente” en clara referencia a Yoko. Lennon le respondió con el tema “How do you sleep” – “¿Qué tal duermes?”, publicado en el “Imagine”, el 9 de Septiembre de 1971. En la portada del “Ram”, McCartney aparecía sujetando a una oveja mientras que Lennon incluia con el imagine una postal en la que aparecía él sujetando un cerdo.