martes, 27 de abril de 2010
JUSTICIA PARA CALLEJERITO
JUSTICIA PARA CALLEJERITO!!, MARCHA EL SABADO 22 DE MAYO A LAS 11 DE LA MAÑANA SALDRA DE EL ANGEL DE LA INDEPENDENCIA A EL ZOCALO, LLEVA PLAYERA AMARILLA Y PONLE PINTURA ROJA!!, PARA SIMBOLIZAR SU SANGRE DERRAMADA!!
ESTOY TAN LLENO DE CORAJE, QUE HASTA ME DUELE EL ESTOMAGO!!
lunes, 26 de abril de 2010
ALIBOMBO ( ANA Y ENRIQUE)
EN AQUEL LUGAR DEL MAPA DE LA AMERICA LATINA
HA LLEGADO DE MUY LEJOS PUEDE SER QUE DE LA CHINA
PUEDE SER QUE DE CATANGA O DEL TIBET O DEL CONGO
MAS LO CIERTO DE ESTA HISTORIA ES QUE HAN VISTO UN ALIBOMBO
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
PI PIPII PIPIPIPIPI PI PIPI PIPIPIPIPI
PARA UNOS ERA UN PLATO
PARA OTROS UN GRAN GLOBO, Y OTROS MUCHOS DISCUTIAN
ES CUADRADO NO ES REDODONDO
PARECIA UN GRAN TRAPECIO O TAL VEZ MEJOR UN ROMBO
PERO TODOS COINCIDIAN TIENE FORMA DE ALIBOMBO
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
PI PIPII PIPIPIPIPI PI PIPI PIPIPIPIPI
ES DE PLATA DIJO UN NIÑO
OTRO DIJO NO ES DE PLOMO
ES DE UNA MATERIA EXTRAÑA BLANQUESINO COMO UN HONGO
PERO HABIA QUIEN JURABA ESO ES COSA DEL DEMONIO
MIENTRAS QUE VELOZ CRUZABA POR EL CIELO UN ALIBOMBO
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
PI PIPII PIPIPIPIPI PI PIPI PIPIPIPIPI
Y LAS GENTES PREGONABAN ES DE VENUS O ES DE MARTE
ESE TRASTO QUE VOLABA DANDO VUELTAS EN EL AIRE
SE CREYERON QUE ERA UN OVNI PERO FUERON UNOS TONTOS
PORQUE SOLO SE TRATABA DEL ANUNCIO DE ALIBOMBO
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
PI PIPII PIPIPIPIPI PI PIPI PIPIPIPIPI
EN AQUEL LUGAR DEL MAPA DE LA AMERICA LATINA
HA LLEGADO DE MUY LEJOS PUEDE SER QUE DE LA CHINA
PUEDE SER QUE DE CATANGA O DEL TIBET O DEL CONGO
MAS LO CIERTO DE ESTA HISTORIA ES QUE HAN VISTO UN ALIBOMBO
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
PUEDE SER QUE DE CATANGA O DEL TIBET O DEL CONGO
MAS LO CIERTO DE ESTA HISTORIA ES QUE HAN VISTO UN ALIBOMBO
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
ALIBOMBO BOMBO BERA ALIBOMBO BOMBO BA
SUPER DISCO CHINO
si ya se, que soy muy ruda para esto, pero no deben olvidar que aunque paresca que soy hija natural de odin y hermana de thor, pues soy humana y tambien fui niña, no como ustedes verdad, yo si tuve una infancia feliz jajajajaja, a los que andemos por los 30 o mas de 30 , ejem, ejem queen... jajajajaj se han de acordar de un dueto de españoles llamados enrique y ana , sospecho que enrique era gay y veia a ana como la hija que jamas tendria, sorry no me salgo del topico, pues bien si no los conocen busquen los videos en tu tubo y veanlos, yo por mi parte aun recuerdo que por ahi en casa de mis padres tengo varios vinilos de ellos( el escribir vinilos hiso que toneladas de años me cayeran en mis perfectos hombros)( me senti vieja), ya repuesta aqui les dejo una cancion, que impulso los juiegos mas enfermos y mas traumantes para los niños, "LOS DISCOS CHINOS", si los conocen pues sabran que es dar cuelta con un palo un plato de ceramica, MALDITA SEA!!!JAMAS PUDE !!! y no por ser miembro de sus minorias, si no pro que tenia apenas 2 años, siempre he sospechado que si hubiera tenido 3 si lo hubiera logrado, pero me imagino qeu no fui la unica con los discos chinos, contadme , hijos mios, contadme..
Enrique:
Un glan mago del oliente, Kin Kan Kun, el adivino, me enseño su glan secleto que ela el super disco chino
Ana:
¿Que es aquello que reluce en lo alto del palillo?
¿Es un pajaro, un avion, un satelite, un palillo?
Enrique:
¿Que es aquello que da vueltas como el aspa de un molino?
Es un rollo que es divino, es el super disco chino
Enrique y Ana:
Disco, disco, chino, chino, fino, filipino
Disco, disco, disco, disco, chino, chino, chino, chino, fino, fino, fino, filipino
Enrique:
Si te abulen los debeles
Si te abulen los vecino
No te abulas, no seas tonto
Juega al super disco chino
Ana:
¿Que es aquello que alucina, va volando y no hace ruido?
Enrique:
Es un disco de la china
Es el super disco chino
Ana:
Si me prestas tú tu disco
Enrique:
Yo te presto a ti mi disco
Enrique y Ana:
¡Que jaleo, que jaleo, todo el mundo esta al disqueo!
Disco, disco, chino, chino, fino, filipino
Disco, disco, disco, disco, chino, chino, chino, chino, fino, fino, fino, filipino
LA GALLINA CO-CO-UA
Cuando me levanto
a las gallinitas oigo cantar
y sin hacer ruido
a su gallinero me gusta entrar
todas se alborotan
alegres cantan su co-co-ua
todas menos una que callada siempre está
Cuando era pequeña su mamá se fue
y ella muy solita se quedó
y esta cancioncita no pudo aprender
y de tristeza llora en su rincón
Co-co-ua-ua-co-co-ua-ua-co-co-co-co-ua
co-co-ua-ua-co-co-ua-ua-co-co-co-co-ua
Y todas las demás
que cantando están
a la gallinita pronto quieren enseñar
y su cancioncita le repiten sin cesar
Co-co-co-co-co-co-co-co-ua
Y la gallinita poquito a poco
empezó a jugar
con sus amiguitas ya muy contenta siempre estará
y cada mañana en el gallinero se oirá cantar
Co-co-ua-ua-co-co-ua-ua-co-co-co-co-ua
Cuando era pequeña su mamá se fue
y ella muy solita se quedó
y esta cancioncita no pudo aprender
y de tristeza llora en su rincón
Co-co-ua-ua-co-co-ua-ua-co-co-co-co-ua
co-co-ua-ua-co-co-ua-ua-co-co-co-co-ua
Y todas las demás
que cantando están
a la gallinita pronto quieren enseñar
y su cancioncita le repiten sin cesar
Co-co-co-co-co-co-co-co-ua
...y quien diga que jamas la canto, es un HIPOCRITAAAAAAAAA
martes, 6 de abril de 2010
HISTORIA DE UN VAMPIRO
Era el año 1527 y nos encontramos en la Italia del Renacimiento… Yo era, por aquel entonces, un chico de diecisiete años más o menos alto, con el pelo cubriéndome hasta los hombros y unos ojos verdes de esos que en cuanto los miras no puedes apartar la mirada hacia otro lado. Aunque da igual lo hermoso que seas cuando no tienes ni una moneda de oro en el bolsillo y sobrevives sólo con la caridad de las gentes o mendigando de vez en cuando.
En fin, a pesar de todo, llevaba una vida tranquila y casi nunca me metía en líos con nadie… hasta que me encontré con Jorge, otro chico de unos diecinueve años. Él era español. Del norte, según me dijo un día; era un amante del mar y de los barcos que comerciaban por aquella época en España. Lo primero que me cautivó de él fue su aspecto: tenía la tez muy blanca y observé que nunca hacía el mínimo esfuerzo por abrir la boca y no sabía la razón de por qué.
Enseguida entablamos amistad y, aunque parezca extraño, fue él el que me enseñó los caminos extraños para orientarme por las suntuosas calles de Italia aun teniendo yo toda la experiencia que creía tener.
* * *
El tiempo voló, al igual que vuelan las horas en un reloj. En un abrir y cerrar de ojos, nos encontrábamos ya en el año 1530. El tiempo fue generoso con Jorge, pero conmigo (por cierto, me llamo Marco aunque por aquella época era Marcus) fue un poco más cruel. Yo tenía veinte años y, sin embargo, él siempre conservaba su aspecto aniñado que llegó a conservar durante toda su vida. Jamás me llegó a contar su secreto, pero desgraciadamente lo logré averiguar personalmente sintiendo como todo su ser penetraba en mi alma mortal que pronto se convertiría en un alma inerte, sin vida. Me demostró que él era un ser sobrenatural y también me demostró que yo podría serlo con él. Al final lo logró y llegó a convertirme en un… ¡vampiro!
Ahora, a pesar de los siglos que llevo “disfrazado” en este cuerpo del diablo, aún no he conseguido acostumbrarme a él. No puedo controlar alimentarme de sangre, aunque intente evitar ese horror; no puedo hacer que mis víctimas no sufran, aunque yo desee aliviarlas el dolor.
No sé si mi alma estará libre de todo pecado y, si no es así, que Dios se apiade de mi desgraciada alma inmortal. Sólo le pido a Él que me acoja en su seno a pesar de que sea un Hijo de las Tinieblas.
En este momento me encuentro generosamente bien, ya que el destino me a guiado hasta Alessandra, la hija de mi madrastra, haciendo que por primera vez en mi “vida” me enamore. Ella es, por así decirlo, mi ángel; sabe quién y lo qué soy y tengo que decir que me sorprendió sobremanera al insistir en que la mordiera y así convertirla en lo que hoy es.
El amor que siento por ella es indescriptible, pero también siento un profundo afecto (e incluso llegaría a afirmar que también es amor) por mi camarada Jorge. Él me convirtió en lo que soy ahora y, gracias a eso, mi amada estará eternamente a mi lado. En este siglo XX es más fácil subsistir y Jorge y yo nos alimentamos cada noche juntos, llegando incluso a beber la sangre de cinco víctimas en una sola noche.
Si le preguntamos a un mortal qué le pide a la vida, seguro que él respondería: “Le pediría lo único que no me puede dar: tiempo”. En nuestro caso, eso es lo único que nos sobra a nosotros y si alguien me hiciera a mí esa pregunta, yo le respondería: “Le pediría lo único que no me puede dar: a Dios”.
FIN
MARIA SANGRIENTA
Toda la policía del pueblo estaba reunida en esa casa, nunca se había visto algo igual antes, era una escena horrible.
“¿La media noche? No. ¿El infierno? Tampoco. ¿La muerte? Sería la mejor elección. El miedo no me deja pensar, estoy desesperada. Yo sé que no debí hacerlo. Ahora no me deja de atormentar.
Creí que era una broma… ¡Maldito sea el día que mencioné esas palabras por primera vez! Pero la tentación me carcomía... ya no puedo más, lo siento pero no lo soporto…”
Esto fue lo último que Amelie escribió, estaba escrito con una notable desesperación, en una hoja de cuaderno que encontraron junto a su cuerpo sin vida. La nota no fue todo lo que hallaron, en el espejo había una inscripción hecha con sangre que suponen era la que salía de sus venas cortadas mientras agonizaba: María Sangrienta, repetida una y otra vez.
La historia comenzó un catorce de Febrero, día de San Valentín, como cada año, una fiesta en casa de algún compañero de clase y todos estábamos invitados. Todos menos una, Karen, ella era la típica chica que no le agradaba a nadie, ya saben, botas militares, vestidos largos negros, maquillaje gótico y todas esas cosas. Vivimos en un pueblo muy tranquilo, y personas como ella no son bien vistas. Aunque nadie la invitaba, le gustaba ir a las fiestas a divertirse, aunque tenía una manera muy peculiar de hacerlo.
Muchos en el pueblo decían que ella y su madre eran brujas, y que habían matado al padre de Karen. Yo no lo creía. Por lo menos hasta el día de la tragedia.
Ella llegó como siempre a la fiesta, esta vez en casa de Brian, cuando ya todos estaban allí y acompañada de una chica extraña que nadie conocía. Pero esta vez fue diferente, no tomaron ni una sola cerveza, lo cual era muy extraño en ellas. Sólo llegaron e invitaron a una chica llamada Kristie a unírseles en un “juego”. Claro que Kristie se negó, la reputación de Karen no era lo bastante confiable como para “jugar” algo con ella. Entonces Steve, uno de los chicos del equipo de football de la escuela les pidió que jugaran con él, ellas se miraron, rieron y aceptaron.
Lo llevaron al baño y todos supusieron de que se trataba el juego, aunque la verdad ninguno tenía idea de lo que se trataba. Aunque se trataba de ellas dos, esas cosas pasaban en las fiestas así que no le dieron mayor importancia y casi todos habían olvidado que estaban en el baño, cuando de pronto un grito, no, más bien un alarido, salió del baño. Todos se alarmaron suponiendo que las dos “brujas” hubieran podido hacer una locura. Steve salió corriendo del baño y de la casa. Nadie sabía qué le pasaba, pero varios fueron al baño y encontraron a Karen y a su amiga con una cara de asombro viendo hacia el espejo. Había varias velas encendidas en el lugar, pero nadie imaginaba ni se atrevía a preguntar qué había pasado allí, sin quitar la expresión de sus rostros Karen y su amiga, de quien por cierto nunca se supo su nombre, salieron de la casa y se fueron caminando hacia el bosque.
Esto ocurrió un Viernes, al Lunes siguiente todos estaban esperando que Steve les dijera lo que había ocurrido en casa de Brian, y él trató de evitar el tema, pero era imposible quitarse de encima a todas esas miradas inquisidoras de quienes lo habían visto salir corriendo como si hubiera visto un fantasma. Y eso mismo le dijeron sus amigos: – ¿Qué demonios ocurrió en ese baño Steve? ¿Qué te hicieron esas brujas? Le preguntaron con insistencia – ¿Acaso viste un fantasma?.
– Un fantasma hubiera sido menos que lo que ví - Contestó al fin – Lo que ví en ese espejo no puede explicarse. – Todos lo miraron con extrañeza, pero sentían una curiosidad enorme por saber que había hecho correr como niño a un tipo tan grande y fuerte como Steve.
– ¿Han oído hablar de Maria Sangrienta? – Les preguntó a todos con una mirada perdida en el infinito.
– Yo sé que es María Sangrienta- Contestó uno de tantos que había allí y la atención se centró en él. – María Sangrienta es un juego del demonio, brujería para algunos. Es simple, siete velas, un espejo, te miras en él, cierras los ojos, cuentas: Una María Sangrienta, dos Marías Sangrientas, tres Marías Sangrientas, cuatro Marías Sangrientas, así hasta llegar a catorce Marías Sangrientas; luego abres los ojos y María Sangrienta aparece en el espejo… y trata de matarte, salir del espejo e intercambiar el lugar contigo. Al menos eso dicen. - Todos rieron y dejaron de prestar atención , continuaron con su día normal, todos menos una, Amelie, quien preguntó al chico:
- ¿Siete velas?- A lo que él contestó:
-No lo intentes nunca, podrías morir. Amelie sólo sonrió y se alejó.
Pasaron muchos días y el asunto no se volvió a mencionar. Pero no todos lo habían olvidado…
Amelie no había olvidado las palabras de ese chico, María Sangrienta, la idea revoloteaba en su morbosamente, una y otra vez, María Sangrienta, era tentador, una fantasía, un cuento de hadas. Pero ¿Quién ha dicho que las hadas no existan?. María Sangrienta, María Sangrienta, no había otra cosa en su mente, así que por fin se decidió…
Esa tarde no fue con sus amigas al cine, como solía hacerlo las tardes de los viernes, fue rápido a su casa. Por suerte para ella, sus padres no se encontraban en casa, aunque después ella hubiera dado todo por que no hubiera sido así.
Se dispuso a hacerlo, encendió las velas, y al encender cada una, contenía la respiración, cada vez era más lenta al encenderlas, como si un pequeño rasgo de arrepentimiento se le saliera del corazón, pero justo cuando estaba a punto de desertar del juego, escuchaba una voz en su cabeza. – María Sangrienta! – Era una voz extraña, un tono fuerte, casi como si fuera una orden, pero irresistible, la voz de repente parecía seducirla y Amelie volvía en sí misma, continuando con la siguiente vela. Cuando por fin encendió la séptima vela, esperó un poco, algo la detenía o la intentaba detener, su sentido común tal vez, pero lo ignoró, esa voz extraña fue más fuerte que la suya misma.
Se miró al espejo, fijamente a los ojos, no se reconocía, era otra mirada, en ese momento dudó más que en ningún otro, pero la voz se hacía más fuerte:
- María Sangrienta! María Sangrienta! María Sangrienta!
Sin saber por qué, cerró los ojos, los apretó, sus puños se apretaron, estaba en el momento más tenso de toda su vida. De pronto le empezaron a salir las palabras de la boca: Una María Sangrienta!- Había roto el silencio. –Dos Marías Sangrientas! Las manos le comenzaban a sudar –Tres Marías Sangrientas! Cuatro Marías Sangrientas! Cinco Marías Sangrientas! Ya no podía dar marcha atrás –Seis Marías Sangrientas! Siete Marías Sangrientas! Ocho Marías Sangrientas! Estaba aterrorizada. –Nueve Marías Sangrientas! Diez Marías Sangrientas! Once Marías Sangrientas! Doce Marías Sangrientas! Trece Marías Sangrientas! – Se detuvo, respiró y lentamente y con toda la fuerza que le quedaba… – ¡¡¡Catorce Marías Sangrientas!!! - Lo había hecho, pero aún podía arrepentirse, aún podía mirar hacía otro lado en lugar del espejo… Pero algo dentro de sí misma la obligó a abrir los ojos en ese instante… No lo podía creer, miró al espejo, tenía la vista borrosa por haber cerrado tan fuerte los ojos, pero estaba allí esa silueta definitivamente no era la última que había visto antes de cerrar los ojos, cuando su vista se aclaró, trató de lanzar el más poderoso de los gritos, pero no pudo. Ella estaba ahí, no lo podía creer, era María Sangrienta. Su corazón pareció detenerse, al igual que el tiempo, intentaba dejar de mirar al espejo, pero no podía algo se resistía a que lo hiciera, ese rostro la enloquecía, era horrible, lo más horrible que podía existir. En los ojos se veía el mismo infierno en sus labios el sufrimiento, la única palabra que se le ocurría a Amelie era Miedo, no podía pensar, no podía moverse, sólo mirar a esa mujer en el espejo, hasta que desmayó, de miedo, de desesperación o por obre de María Sangrienta, no lo sé, sólo se desmayó…
Cuando despertó, estaba recostada en su cama, era Sábado por la mañana, todo parecía estar tranquilo, su padre entró en la habitación, la despertó con un beso en la mejilla, como lo hacía todos los días, ella se sintió tranquila. Pero algo así no se olvida, sin embargo lo vio como una pesadilla, un sueño malo. Así que salió de su habitación, saludó a su madre con un fuerte abrazo, estaba feliz, fue de nuevo a su cuarto, miró por la ventana, respiró el aire fresco de la mañana.
Después de contemplar la belleza del lugar donde vivía, fue hacia el baño, pero de pronto todo se volvió negro, cuando miró al espejo, ella estaba ahí. El bello rostro de Amelie se había convertido en esa horrenda imagen, era María Sangrienta de nuevo. Amelie se metió a la regadera y abrió la llave del agua fría, comenzó a llorar. No había sido una pesadilla. Salió del baño hacia su cuarto, se puso lo primero que encontró, tomó una liga para el cabello, trataba de actuar como si nada hubiera pasado, pero estaba temblando.
Levantó la mirada para verse en el espejo, necesitaba verse de nuevo, pero cada vez que intentaba ver su reflejo veía a María Sangrienta, no lo podía evitar.
Salió de su casa, sus padres no sabían a dónde se dirigía, la notaban extraña, pero confiaban en ella. Amelie no podía hacer otra cosa que ir con la única persona que sabría qué hacer, Karen. Así que eso hizo, fue directo a donde vivían de Karen y su madre. El trayecto fue traumático, en cada lugar en que veía su reflejo, estaba María Sangrienta. Por fin llegó a casa de Karen, y la encontró.
Le pidió, le suplicó que la ayudara. A pesar de no interesarle, Karen le preguntó que había pasado. Y escuchó lo que Amelie tenía que contarle. Cuando Amelie terminó de hablar, Karen sólo comenzó a reír, y dijo a una casi desesperada Amelie:
- Jugaste con algo que no podías controlar, no puedo hacer nada por ti. -Karen entró a su casa de nuevo, Amelie suplicaba, pero Karen no la ayudaría, no podía hacerlo, nadie podía.
Amelie se apresuró a regresar a su casa y cuando llegó subió a su cuarto y no salió hasta el día siguiente. De nuevo su padre la despertó, pero ésta vez ella sabía que María Sangrienta no estaba sólo en sus pesadillas.
Cuando bajó, sus padres notaron que no estaba maquillada, eso era extraño, pero no le dieron importancia. Desayunó como siempre, muy ligero, y dejó la casa para dirigirse a la escuela. Si hubiera sabido que esa sería la última vez que vería a sus padres…
Llegó a la escuela, se cuidó de no mirar a los espejos, pero era imposible, siempre había algo en que reflejarse. No quiso decirles nada a sus amigas, porque creerían que había enloquecido, pero no estarían tan lejos de la realidad. Amelie cada vez se sentía más y más atrapada, no podía controlarlo más.
Decidió enfrentarlo una vez más, reunió todo el valor que puede tener una joven de su edad, y se dirigió al baño de la escuela. Allí cerró los ojos con fuerza, y cuando estuvo frente al espejo los abrió. Esta vez la imagen había cambiado, aún era María Sangrienta, pero ya no estaba quieta como fotografía, extendía sus brazos hacía Amelie, como si intentara tomarla de los hombros. La impresión casi desmaya a Amelie, pero lo soportó y volvió a mirar al espejo, la imagen de María Sangrienta se acercaba cada vez más rápido.
- ¡Aléjate!
Después de ese grito, reinó un silencio sepulcral, unos segundos después en los pasillos todos escucharon cómo se rompía el espejo. Varios corrieron a ver qué había sucedido, pero Amelie salió del baño corriendo antes de que el primero llegara a ver qué pasaba.
Amelie corrió hacia su casa, no había nadie, su padre trabajaba, su madre había salido. Amelie subió corriendo, entró al baño y miró al espejo…
María Sangrienta ya no estaba más ahí, respiró con tranquilidad como hace mucho que no la hacía. No lo podía creer, la solución había sido muy fácil: Romper el espejo en que María Sangrienta estaba…
Pero ese era un error muy grave, cuando se volteó para caminar hacía su cuarto, vio algo más impactante que el reflejo de María Sangrienta, era María Sangrienta, pero no un reflejo, era ella en persona. Era aún más aterradora que en el espejo: Los ojos en blanco, se veía como una anciana, Amelie quiso mirarle los pies, pero María Sangrienta flotaba y no parecía tener pies.
Amelie corrió hacía su cuarto y se encerró, miró el espejo, y no lo podía creer, era ella reflejada, pero no como se conocía tenía los ojos en blanco y vestía de negro. No entendía lo que pasaba…
Tomó un cuaderno, arrancó la primer hoja y comenzó a escribir:
“¿La media noche? No. ¿El infierno? Tampoco. ¿La muerte? Sería la mejor elección. El miedo no me deja pensar, estoy desesperada. Yo se que no debí hacerlo. Ahora no me deja de atormentar.
Creí que era una broma… ¡Maldito sea el día que mencioné esas palabras por primera vez! Pero la tentación me carcomía... ya no puedo más, lo siento pero no lo soporto…”
Después de eso, tomó un abre-cartas que tenía en el tocador y tomó la que le pareció era la única salida. Las cortadas que había hecho en sus muñecas sangraban mucho, pronto se desmayó y murió…
María Sangrienta seguía ahí, entró al cuarto de Amelie y no se resistió, no sabía si estaba viva, la tocó y se aseguró de que su corazón no latiera más.
No pudo evitar mirarse al espejo, lo hizo y con la sangre de Amelia, comenzó a escribir el nombre con el que la habían llamado siempre, María Sangrienta una y otra vez…
Ahora podía caminar, no flotaba más…
Pasaron muchas horas antes de que la madre de Amelie descubriera el cuerpo de su hija, pero cuando lo hizo no pudo creerlo, su hija estaba ahí fría y pálida, la sangre estaba por todo el piso. Después de unos minutos, la policía comenzó a llegar…
Unas semanas después de la muerte de Amelie, todos aún estaban de luto, pero sucedió algo poco común, una familia se había mudado ahí, y una joven muy hermosa era parte de esa familia. La joven entró a la misma clase en la que estaba Amelie, y se sentó en el mismo lugar que ella habría ocupado.
Cuando la profesora entró al salón, lo primero que hizo fue presentar a la nueva chica con todo el grupo:
-¡Todos atención! Hoy una nueva compañera se unirá a nuestra clase, permítanme presentarla, ella es Maria…
“¿La media noche? No. ¿El infierno? Tampoco. ¿La muerte? Sería la mejor elección. El miedo no me deja pensar, estoy desesperada. Yo sé que no debí hacerlo. Ahora no me deja de atormentar.
Creí que era una broma… ¡Maldito sea el día que mencioné esas palabras por primera vez! Pero la tentación me carcomía... ya no puedo más, lo siento pero no lo soporto…”
Esto fue lo último que Amelie escribió, estaba escrito con una notable desesperación, en una hoja de cuaderno que encontraron junto a su cuerpo sin vida. La nota no fue todo lo que hallaron, en el espejo había una inscripción hecha con sangre que suponen era la que salía de sus venas cortadas mientras agonizaba: María Sangrienta, repetida una y otra vez.
La historia comenzó un catorce de Febrero, día de San Valentín, como cada año, una fiesta en casa de algún compañero de clase y todos estábamos invitados. Todos menos una, Karen, ella era la típica chica que no le agradaba a nadie, ya saben, botas militares, vestidos largos negros, maquillaje gótico y todas esas cosas. Vivimos en un pueblo muy tranquilo, y personas como ella no son bien vistas. Aunque nadie la invitaba, le gustaba ir a las fiestas a divertirse, aunque tenía una manera muy peculiar de hacerlo.
Muchos en el pueblo decían que ella y su madre eran brujas, y que habían matado al padre de Karen. Yo no lo creía. Por lo menos hasta el día de la tragedia.
Ella llegó como siempre a la fiesta, esta vez en casa de Brian, cuando ya todos estaban allí y acompañada de una chica extraña que nadie conocía. Pero esta vez fue diferente, no tomaron ni una sola cerveza, lo cual era muy extraño en ellas. Sólo llegaron e invitaron a una chica llamada Kristie a unírseles en un “juego”. Claro que Kristie se negó, la reputación de Karen no era lo bastante confiable como para “jugar” algo con ella. Entonces Steve, uno de los chicos del equipo de football de la escuela les pidió que jugaran con él, ellas se miraron, rieron y aceptaron.
Lo llevaron al baño y todos supusieron de que se trataba el juego, aunque la verdad ninguno tenía idea de lo que se trataba. Aunque se trataba de ellas dos, esas cosas pasaban en las fiestas así que no le dieron mayor importancia y casi todos habían olvidado que estaban en el baño, cuando de pronto un grito, no, más bien un alarido, salió del baño. Todos se alarmaron suponiendo que las dos “brujas” hubieran podido hacer una locura. Steve salió corriendo del baño y de la casa. Nadie sabía qué le pasaba, pero varios fueron al baño y encontraron a Karen y a su amiga con una cara de asombro viendo hacia el espejo. Había varias velas encendidas en el lugar, pero nadie imaginaba ni se atrevía a preguntar qué había pasado allí, sin quitar la expresión de sus rostros Karen y su amiga, de quien por cierto nunca se supo su nombre, salieron de la casa y se fueron caminando hacia el bosque.
Esto ocurrió un Viernes, al Lunes siguiente todos estaban esperando que Steve les dijera lo que había ocurrido en casa de Brian, y él trató de evitar el tema, pero era imposible quitarse de encima a todas esas miradas inquisidoras de quienes lo habían visto salir corriendo como si hubiera visto un fantasma. Y eso mismo le dijeron sus amigos: – ¿Qué demonios ocurrió en ese baño Steve? ¿Qué te hicieron esas brujas? Le preguntaron con insistencia – ¿Acaso viste un fantasma?.
– Un fantasma hubiera sido menos que lo que ví - Contestó al fin – Lo que ví en ese espejo no puede explicarse. – Todos lo miraron con extrañeza, pero sentían una curiosidad enorme por saber que había hecho correr como niño a un tipo tan grande y fuerte como Steve.
– ¿Han oído hablar de Maria Sangrienta? – Les preguntó a todos con una mirada perdida en el infinito.
– Yo sé que es María Sangrienta- Contestó uno de tantos que había allí y la atención se centró en él. – María Sangrienta es un juego del demonio, brujería para algunos. Es simple, siete velas, un espejo, te miras en él, cierras los ojos, cuentas: Una María Sangrienta, dos Marías Sangrientas, tres Marías Sangrientas, cuatro Marías Sangrientas, así hasta llegar a catorce Marías Sangrientas; luego abres los ojos y María Sangrienta aparece en el espejo… y trata de matarte, salir del espejo e intercambiar el lugar contigo. Al menos eso dicen. - Todos rieron y dejaron de prestar atención , continuaron con su día normal, todos menos una, Amelie, quien preguntó al chico:
- ¿Siete velas?- A lo que él contestó:
-No lo intentes nunca, podrías morir. Amelie sólo sonrió y se alejó.
Pasaron muchos días y el asunto no se volvió a mencionar. Pero no todos lo habían olvidado…
Amelie no había olvidado las palabras de ese chico, María Sangrienta, la idea revoloteaba en su morbosamente, una y otra vez, María Sangrienta, era tentador, una fantasía, un cuento de hadas. Pero ¿Quién ha dicho que las hadas no existan?. María Sangrienta, María Sangrienta, no había otra cosa en su mente, así que por fin se decidió…
Esa tarde no fue con sus amigas al cine, como solía hacerlo las tardes de los viernes, fue rápido a su casa. Por suerte para ella, sus padres no se encontraban en casa, aunque después ella hubiera dado todo por que no hubiera sido así.
Se dispuso a hacerlo, encendió las velas, y al encender cada una, contenía la respiración, cada vez era más lenta al encenderlas, como si un pequeño rasgo de arrepentimiento se le saliera del corazón, pero justo cuando estaba a punto de desertar del juego, escuchaba una voz en su cabeza. – María Sangrienta! – Era una voz extraña, un tono fuerte, casi como si fuera una orden, pero irresistible, la voz de repente parecía seducirla y Amelie volvía en sí misma, continuando con la siguiente vela. Cuando por fin encendió la séptima vela, esperó un poco, algo la detenía o la intentaba detener, su sentido común tal vez, pero lo ignoró, esa voz extraña fue más fuerte que la suya misma.
Se miró al espejo, fijamente a los ojos, no se reconocía, era otra mirada, en ese momento dudó más que en ningún otro, pero la voz se hacía más fuerte:
- María Sangrienta! María Sangrienta! María Sangrienta!
Sin saber por qué, cerró los ojos, los apretó, sus puños se apretaron, estaba en el momento más tenso de toda su vida. De pronto le empezaron a salir las palabras de la boca: Una María Sangrienta!- Había roto el silencio. –Dos Marías Sangrientas! Las manos le comenzaban a sudar –Tres Marías Sangrientas! Cuatro Marías Sangrientas! Cinco Marías Sangrientas! Ya no podía dar marcha atrás –Seis Marías Sangrientas! Siete Marías Sangrientas! Ocho Marías Sangrientas! Estaba aterrorizada. –Nueve Marías Sangrientas! Diez Marías Sangrientas! Once Marías Sangrientas! Doce Marías Sangrientas! Trece Marías Sangrientas! – Se detuvo, respiró y lentamente y con toda la fuerza que le quedaba… – ¡¡¡Catorce Marías Sangrientas!!! - Lo había hecho, pero aún podía arrepentirse, aún podía mirar hacía otro lado en lugar del espejo… Pero algo dentro de sí misma la obligó a abrir los ojos en ese instante… No lo podía creer, miró al espejo, tenía la vista borrosa por haber cerrado tan fuerte los ojos, pero estaba allí esa silueta definitivamente no era la última que había visto antes de cerrar los ojos, cuando su vista se aclaró, trató de lanzar el más poderoso de los gritos, pero no pudo. Ella estaba ahí, no lo podía creer, era María Sangrienta. Su corazón pareció detenerse, al igual que el tiempo, intentaba dejar de mirar al espejo, pero no podía algo se resistía a que lo hiciera, ese rostro la enloquecía, era horrible, lo más horrible que podía existir. En los ojos se veía el mismo infierno en sus labios el sufrimiento, la única palabra que se le ocurría a Amelie era Miedo, no podía pensar, no podía moverse, sólo mirar a esa mujer en el espejo, hasta que desmayó, de miedo, de desesperación o por obre de María Sangrienta, no lo sé, sólo se desmayó…
Cuando despertó, estaba recostada en su cama, era Sábado por la mañana, todo parecía estar tranquilo, su padre entró en la habitación, la despertó con un beso en la mejilla, como lo hacía todos los días, ella se sintió tranquila. Pero algo así no se olvida, sin embargo lo vio como una pesadilla, un sueño malo. Así que salió de su habitación, saludó a su madre con un fuerte abrazo, estaba feliz, fue de nuevo a su cuarto, miró por la ventana, respiró el aire fresco de la mañana.
Después de contemplar la belleza del lugar donde vivía, fue hacia el baño, pero de pronto todo se volvió negro, cuando miró al espejo, ella estaba ahí. El bello rostro de Amelie se había convertido en esa horrenda imagen, era María Sangrienta de nuevo. Amelie se metió a la regadera y abrió la llave del agua fría, comenzó a llorar. No había sido una pesadilla. Salió del baño hacia su cuarto, se puso lo primero que encontró, tomó una liga para el cabello, trataba de actuar como si nada hubiera pasado, pero estaba temblando.
Levantó la mirada para verse en el espejo, necesitaba verse de nuevo, pero cada vez que intentaba ver su reflejo veía a María Sangrienta, no lo podía evitar.
Salió de su casa, sus padres no sabían a dónde se dirigía, la notaban extraña, pero confiaban en ella. Amelie no podía hacer otra cosa que ir con la única persona que sabría qué hacer, Karen. Así que eso hizo, fue directo a donde vivían de Karen y su madre. El trayecto fue traumático, en cada lugar en que veía su reflejo, estaba María Sangrienta. Por fin llegó a casa de Karen, y la encontró.
Le pidió, le suplicó que la ayudara. A pesar de no interesarle, Karen le preguntó que había pasado. Y escuchó lo que Amelie tenía que contarle. Cuando Amelie terminó de hablar, Karen sólo comenzó a reír, y dijo a una casi desesperada Amelie:
- Jugaste con algo que no podías controlar, no puedo hacer nada por ti. -Karen entró a su casa de nuevo, Amelie suplicaba, pero Karen no la ayudaría, no podía hacerlo, nadie podía.
Amelie se apresuró a regresar a su casa y cuando llegó subió a su cuarto y no salió hasta el día siguiente. De nuevo su padre la despertó, pero ésta vez ella sabía que María Sangrienta no estaba sólo en sus pesadillas.
Cuando bajó, sus padres notaron que no estaba maquillada, eso era extraño, pero no le dieron importancia. Desayunó como siempre, muy ligero, y dejó la casa para dirigirse a la escuela. Si hubiera sabido que esa sería la última vez que vería a sus padres…
Llegó a la escuela, se cuidó de no mirar a los espejos, pero era imposible, siempre había algo en que reflejarse. No quiso decirles nada a sus amigas, porque creerían que había enloquecido, pero no estarían tan lejos de la realidad. Amelie cada vez se sentía más y más atrapada, no podía controlarlo más.
Decidió enfrentarlo una vez más, reunió todo el valor que puede tener una joven de su edad, y se dirigió al baño de la escuela. Allí cerró los ojos con fuerza, y cuando estuvo frente al espejo los abrió. Esta vez la imagen había cambiado, aún era María Sangrienta, pero ya no estaba quieta como fotografía, extendía sus brazos hacía Amelie, como si intentara tomarla de los hombros. La impresión casi desmaya a Amelie, pero lo soportó y volvió a mirar al espejo, la imagen de María Sangrienta se acercaba cada vez más rápido.
- ¡Aléjate!
Después de ese grito, reinó un silencio sepulcral, unos segundos después en los pasillos todos escucharon cómo se rompía el espejo. Varios corrieron a ver qué había sucedido, pero Amelie salió del baño corriendo antes de que el primero llegara a ver qué pasaba.
Amelie corrió hacia su casa, no había nadie, su padre trabajaba, su madre había salido. Amelie subió corriendo, entró al baño y miró al espejo…
María Sangrienta ya no estaba más ahí, respiró con tranquilidad como hace mucho que no la hacía. No lo podía creer, la solución había sido muy fácil: Romper el espejo en que María Sangrienta estaba…
Pero ese era un error muy grave, cuando se volteó para caminar hacía su cuarto, vio algo más impactante que el reflejo de María Sangrienta, era María Sangrienta, pero no un reflejo, era ella en persona. Era aún más aterradora que en el espejo: Los ojos en blanco, se veía como una anciana, Amelie quiso mirarle los pies, pero María Sangrienta flotaba y no parecía tener pies.
Amelie corrió hacía su cuarto y se encerró, miró el espejo, y no lo podía creer, era ella reflejada, pero no como se conocía tenía los ojos en blanco y vestía de negro. No entendía lo que pasaba…
Tomó un cuaderno, arrancó la primer hoja y comenzó a escribir:
“¿La media noche? No. ¿El infierno? Tampoco. ¿La muerte? Sería la mejor elección. El miedo no me deja pensar, estoy desesperada. Yo se que no debí hacerlo. Ahora no me deja de atormentar.
Creí que era una broma… ¡Maldito sea el día que mencioné esas palabras por primera vez! Pero la tentación me carcomía... ya no puedo más, lo siento pero no lo soporto…”
Después de eso, tomó un abre-cartas que tenía en el tocador y tomó la que le pareció era la única salida. Las cortadas que había hecho en sus muñecas sangraban mucho, pronto se desmayó y murió…
María Sangrienta seguía ahí, entró al cuarto de Amelie y no se resistió, no sabía si estaba viva, la tocó y se aseguró de que su corazón no latiera más.
No pudo evitar mirarse al espejo, lo hizo y con la sangre de Amelia, comenzó a escribir el nombre con el que la habían llamado siempre, María Sangrienta una y otra vez…
Ahora podía caminar, no flotaba más…
Pasaron muchas horas antes de que la madre de Amelie descubriera el cuerpo de su hija, pero cuando lo hizo no pudo creerlo, su hija estaba ahí fría y pálida, la sangre estaba por todo el piso. Después de unos minutos, la policía comenzó a llegar…
Unas semanas después de la muerte de Amelie, todos aún estaban de luto, pero sucedió algo poco común, una familia se había mudado ahí, y una joven muy hermosa era parte de esa familia. La joven entró a la misma clase en la que estaba Amelie, y se sentó en el mismo lugar que ella habría ocupado.
Cuando la profesora entró al salón, lo primero que hizo fue presentar a la nueva chica con todo el grupo:
-¡Todos atención! Hoy una nueva compañera se unirá a nuestra clase, permítanme presentarla, ella es Maria…
TE DIRE
Podría decirte que lo nuestro
fué demasiado rápido
pero te mentiría,
porque creo que cada relación
avanza a su propio ritmo.
Podría decirte que quizá fue un error
pero volvería a mentirte,
porque era lo que queríamos
y por tanto no hubo error.
Podría decirte que alguna vez me he arrepentido
pero eso también sería mentira.
¿Cómo arrepentirme de algo que fue tan especial?
Solo espero que hayas dejado
de arrepentirte tú.
No.
Mejor te diré otra cosa.
Te diré que somos gente apasionada
con sangre en las venas
y nos dejamos llevar por la pasión.
Te diré que ambos lo deseábamos en silencio
y no dudamos en coger a la suerte del cuello
y hacer nuestro deseo realidad.
Te diré que me encantaría que volviera a pasar
pero no me molestará si no es el caso.
Me basta con que estés ahí de vez en cuando
para hablar contigo y hacerte sonreír.
Te diré todo esto
y también lo mucho que me sigues gustando.
Ojalá no haya dejado
de gustarte yo a ti.
fué demasiado rápido
pero te mentiría,
porque creo que cada relación
avanza a su propio ritmo.
Podría decirte que quizá fue un error
pero volvería a mentirte,
porque era lo que queríamos
y por tanto no hubo error.
Podría decirte que alguna vez me he arrepentido
pero eso también sería mentira.
¿Cómo arrepentirme de algo que fue tan especial?
Solo espero que hayas dejado
de arrepentirte tú.
No.
Mejor te diré otra cosa.
Te diré que somos gente apasionada
con sangre en las venas
y nos dejamos llevar por la pasión.
Te diré que ambos lo deseábamos en silencio
y no dudamos en coger a la suerte del cuello
y hacer nuestro deseo realidad.
Te diré que me encantaría que volviera a pasar
pero no me molestará si no es el caso.
Me basta con que estés ahí de vez en cuando
para hablar contigo y hacerte sonreír.
Te diré todo esto
y también lo mucho que me sigues gustando.
Ojalá no haya dejado
de gustarte yo a ti.
POEMA¡¡
Y los cuervos se encerraron en la alcoba
y los gritos de terror me acostumbraron
la visión de mi amada estando muerta
me sacó tan de repente de mi sueño
Ella muerta
yacía bajo el lago
sus cabellos
ondeaban con los peces
los ojos
esperando a ser abiertos
la visión
que la calma provocaba
Claridad en los ojos de mi amado
despertares que vacíos se despiertan
me acurruco junto a ti que yaces frío
con la calma que nos dieron nuestras penas
MI UNICO CONSUELO ES LLORAR EN LA OBSCURIDAD
Creencia cruel
Mi esperanza habia cedido cuando media hora antes comenzaría el nuevo amanencer de los otros, los mortales.
Insinuante momento para despertar de mi sueño imposible.
La creencia cruel que yacia en mi corazón y me abrazaba como angel de la noche, con sus alas rotas...mi creencia de querer tener algo para mi que me resultaría practicamente imposible.
mi esperanza habia cedido en creer que por fin vendrías a mi, cuando comenzaba tu nuevo amanecer.
Quien soy yo
¿Quién soy yo?
¿Y me lo preguntas a mi? No se quien sea, pero por ti me inventaría una identidad.
Veamos…
Soy el espejo de tu alma
Soy la brisa que espiras
Soy el cielo en la nada
Soy infierno que no te aguarda
Soy el inmenso mar de tu mirada
Soy los labios que te hablan
Soy el camino que seguías
Soy el amor de tu alma
El silencio que lo inventas
La tranquilidad misma reencarnada
Soy como tu cielo en tu mirada
En el efímero paraíso muerto
perfumado con un letal olor putrefacto
vislumbro mi santuario, lleno de desolación
donde se escapan mis pensamientos…
con la capa fúnebre, que envuelve mis más oscuros deseos
Paso junto al cementerio de mis sueños
donde yaces Tú, casi olvidado entre las tinieblas
dentro de mi arde la llama de la oscuridad,
que anhela herrante emerjas de las negras cenizas
y me liberes del nefasto dolor de no tenerte
Ven y devora mi cuerpo,
Majestuoso Emperador de la noche
tómame y llévame a tu reino infernal
dame el poder del terror eterno,
mientras la sangre se derrama
por las fauces de mi soledad
en la espera constante de ser inmortal
llenos de horror…
Sumidos en el profundo abismo
del dolor y el sufrimiento de almas oscuras,
que se desvanecen en el horizonte
en la penumbra de la luna lejana
para idolatrar tu esplendor
y descansar eternamente en la oscuridad…
y los gritos de terror me acostumbraron
la visión de mi amada estando muerta
me sacó tan de repente de mi sueño
Ella muerta
yacía bajo el lago
sus cabellos
ondeaban con los peces
los ojos
esperando a ser abiertos
la visión
que la calma provocaba
Claridad en los ojos de mi amado
despertares que vacíos se despiertan
me acurruco junto a ti que yaces frío
con la calma que nos dieron nuestras penas
MI UNICO CONSUELO ES LLORAR EN LA OBSCURIDAD
Creencia cruel
Mi esperanza habia cedido cuando media hora antes comenzaría el nuevo amanencer de los otros, los mortales.
Insinuante momento para despertar de mi sueño imposible.
La creencia cruel que yacia en mi corazón y me abrazaba como angel de la noche, con sus alas rotas...mi creencia de querer tener algo para mi que me resultaría practicamente imposible.
mi esperanza habia cedido en creer que por fin vendrías a mi, cuando comenzaba tu nuevo amanecer.
Quien soy yo
¿Quién soy yo?
¿Y me lo preguntas a mi? No se quien sea, pero por ti me inventaría una identidad.
Veamos…
Soy el espejo de tu alma
Soy la brisa que espiras
Soy el cielo en la nada
Soy infierno que no te aguarda
Soy el inmenso mar de tu mirada
Soy los labios que te hablan
Soy el camino que seguías
Soy el amor de tu alma
El silencio que lo inventas
La tranquilidad misma reencarnada
Soy como tu cielo en tu mirada
En el efímero paraíso muerto
perfumado con un letal olor putrefacto
vislumbro mi santuario, lleno de desolación
donde se escapan mis pensamientos…
con la capa fúnebre, que envuelve mis más oscuros deseos
Paso junto al cementerio de mis sueños
donde yaces Tú, casi olvidado entre las tinieblas
dentro de mi arde la llama de la oscuridad,
que anhela herrante emerjas de las negras cenizas
y me liberes del nefasto dolor de no tenerte
Ven y devora mi cuerpo,
Majestuoso Emperador de la noche
tómame y llévame a tu reino infernal
dame el poder del terror eterno,
mientras la sangre se derrama
por las fauces de mi soledad
en la espera constante de ser inmortal
llenos de horror…
Sumidos en el profundo abismo
del dolor y el sufrimiento de almas oscuras,
que se desvanecen en el horizonte
en la penumbra de la luna lejana
para idolatrar tu esplendor
y descansar eternamente en la oscuridad…
lunes, 5 de abril de 2010
EL CHISMOGRAFO DEL INFIERNO MUAJAJAJAJA
ANTES DE EMPEZAR DEBO DECIR QUE ESTE CHISMOGRAFO, NACIO A RAIZ DE EL CHISMOGRAFO ÑOÑO DEL OSO, ASI QUE ESTAS PREGUNTAS NO SON PARA RESPONDER JOTERIAS NI MARICONADAS ¬¬ SE ENTERAN?ASI QUE AGARREN BOLIGRAFO Y DEMAS¡¡¡
1.-NICKNAME?- lady_mordred,HELLena DEMONica
.
2.-NOMBRE COMPLETO? - Laura Ludmilla Wolf Gaghman
3.-EDAD? - 30 años
4.- LUGAR DE NACIMIENTO?- Mexico, D.F.
5.-RESIDENCIA ACTUAL? - Mexico , D.F
6.- SEXO? ( PREGUNTE SEXO REFIRIENDOME A QUE ERES H O M) - pues hasta donde se soy mujer.
7.- VIVES EN ?(CASA,DEPARTAMENTEO,JACAL,CIUDAD PERDIDA,CAJA DE CARTON ,EN LA CALLE RODEADO(A) DE PERROS O COMO YO EN UN CHALET DE ESTILO ALEMAN EN UNA ZONA DE BUEN NOMBRE) -contestada
8.- CUENTAS CON INTERNET PROPIO O VAS A UN CYBER COMO EL(LA) JODIDO(A) QUE ERES?- internet propio, disculpen, que es un cyber?
9.- EN QUE TIPO DE CAMA DUERMES?(VALEN LOS PETATES Y LOS CARTONES) - cama queen size..
10.-QUE TIPO DE TELEFONIA TIENES IPHONE, BLACKBERRY, CELULAR DE ULTIMA GENERACION, O UN TABIQUE Y/O DOS LATAS VACIAS CON UN HILO ?- celular de ultima generacion.
11.-CUENTAS CON TODOS LOS SERVICIOS EN TU CASA?(SIRVIENTES, AMA DE LLAVES,CHOFER,ANTENA PARABOLICA, HUMMER,AUDI,YATES,HELICOPTEROS,AVIONES PRIVADOS,HABITACIONES PARA ALBERGAR A MAS DE 100 INVITADOS) - con todos los servicios.
12.-POR QUE DEMONIOS ANDAS CONTESTANDO ESTE CHISMOGRAFO?, por aburricion.
13.- ERES MASOQUISTA?- naaaa, para nada.
14.- O NO TIENES NADA MEJOR QUE HACER? - no pos la verdad no.
15.- A QUE TIPO DE ESCUELA FUISTE? ( SEAN SINCEROS Y DIGANME A DONDE FUERON, NO SIENTAN PENA POR DECIRME QUE SIGUEN EN LA ESCUELA ABIERTA, TELESECUNDARIA O TERMINARON LA ESCUELA RURAL) - escuela de monjas¡¡
16.-GRADO DE ESTUDIOS? (INSISTO SEAN SINCEROS).- doctorado en leyes .
17.-DE NO HABER ESTUDIADO LO QUE ESTUDIASTE (O ESTAS ESTUDIANDO) QUE HUBIERAS SIDO EN LA VIDA? - cantante de speed metal¡¡¡
18.- SI UN ARBOL CAE EN EL BOSQUE, PERO NO HAY NADIE PARA ESCUCHARLO, REALMENTE CAYO? - si
19.- POR QUE DIJISTE QUE SI CAYO? - ay no se joven, nose¡¡¡
20.-CONTESTASTE POR QUEDAR BUEN VERDAD? - ¬¬
21.-POR QUE DIJISTE QUE NO CAYO?
22.-CONTESTASTE QUE NO POR QUE ERES EL REBELDE ?
23.- A QUE TE GOLPEABAN EN LA ESCUELA? -no
24.-TU ERAS EL ABUSADOR? - seeeeeeeeee
25.-TE DIO ORGULLO DECIR QUE SI? - la neta si
26.- TIENES ALGUNA ENFERMEDAD MENTAL? - si la verdad si..
27.-CUAL ES? - bipolaridad...
28.- SI CONTESTASTE QUE NO ERAS ABUSADOR EN LA ESCUELA, NI ERAS ABUSADO, ENTONCES ERAS EL ÑOÑO(A) DEL SALON?
29.- QUE SE SIENTE SER UN ÑOÑO(A)?
30.-, QUE NO ME MIENTAS, QUE ERAS EL ÑOÑO, NO ERAS EL ORIGINAL , NI EL POPULAR, QUE ERAS EL ÑOÑO, TAMPOCO ERAS EL INDIFERENTE Y ETEREO, ERAS EL ÑOÑO?
PREGUNTAS SOBRE LA CANTINA....
31.-POR QUE CAISTE EN LA CANTINA? - por comunidad goticos, ya que ahi alguien posteo una noticia de hazme el chingado favor...
32.- QUE TE MOTIVO A UNIRTE A LA CANTINA? - pues me latio el insano desmadre que habia antiguamente..
33.- ESCRIBE LOS MEJORES MOMENTOS QUE HAYAS PASADO EN LA CANTINA (MINIMO 3) - cuando me volvi amiga,de queen(res la ostia tia) del dead ( raton , chidisimo ¬¬),de pao( eres d elas cabronas que ya no hay)de chris ( te quiero mucho bebe),eva,( me encantas maldita),mafalda( aunque seas una cusca te quiero),mexicana(eres una friki genial), al oso ( te adoro oso aunque seas autista),garcia(eres genial, ya pensaste en loque te dije?), la señorita escarlata ( esos cachetitos me vuelven loca n_n), kloe( la mejor posteadora y mi lectora mas fiel aunque nunca me escriba nada), y al resto de mis amigos que por falta de tiempo, no puedo nombrar¡¡
POR CAUSAS DE QUE SE FUE LA LUZ SE PERDIERONMAS DE 40 PREGUNTAS ¬¬ AHORA YA NO TENGO INSPIRACION PARA VOLVERLAS HA HACER, PROMETO UNA SEGUNDA PARTE¡¡GRACIAS POR SU COMPRENSION¡¡
1.-NICKNAME?- lady_mordred,HELLena DEMONica
.
2.-NOMBRE COMPLETO? - Laura Ludmilla Wolf Gaghman
3.-EDAD? - 30 años
4.- LUGAR DE NACIMIENTO?- Mexico, D.F.
5.-RESIDENCIA ACTUAL? - Mexico , D.F
6.- SEXO? ( PREGUNTE SEXO REFIRIENDOME A QUE ERES H O M) - pues hasta donde se soy mujer.
7.- VIVES EN ?(CASA,DEPARTAMENTEO,JACAL,CIUDAD PERDIDA,CAJA DE CARTON ,EN LA CALLE RODEADO(A) DE PERROS O COMO YO EN UN CHALET DE ESTILO ALEMAN EN UNA ZONA DE BUEN NOMBRE) -contestada
8.- CUENTAS CON INTERNET PROPIO O VAS A UN CYBER COMO EL(LA) JODIDO(A) QUE ERES?- internet propio, disculpen, que es un cyber?
9.- EN QUE TIPO DE CAMA DUERMES?(VALEN LOS PETATES Y LOS CARTONES) - cama queen size..
10.-QUE TIPO DE TELEFONIA TIENES IPHONE, BLACKBERRY, CELULAR DE ULTIMA GENERACION, O UN TABIQUE Y/O DOS LATAS VACIAS CON UN HILO ?- celular de ultima generacion.
11.-CUENTAS CON TODOS LOS SERVICIOS EN TU CASA?(SIRVIENTES, AMA DE LLAVES,CHOFER,ANTENA PARABOLICA, HUMMER,AUDI,YATES,HELICOPTEROS,AVIONES PRIVADOS,HABITACIONES PARA ALBERGAR A MAS DE 100 INVITADOS) - con todos los servicios.
12.-POR QUE DEMONIOS ANDAS CONTESTANDO ESTE CHISMOGRAFO?, por aburricion.
13.- ERES MASOQUISTA?- naaaa, para nada.
14.- O NO TIENES NADA MEJOR QUE HACER? - no pos la verdad no.
15.- A QUE TIPO DE ESCUELA FUISTE? ( SEAN SINCEROS Y DIGANME A DONDE FUERON, NO SIENTAN PENA POR DECIRME QUE SIGUEN EN LA ESCUELA ABIERTA, TELESECUNDARIA O TERMINARON LA ESCUELA RURAL) - escuela de monjas¡¡
16.-GRADO DE ESTUDIOS? (INSISTO SEAN SINCEROS).- doctorado en leyes .
17.-DE NO HABER ESTUDIADO LO QUE ESTUDIASTE (O ESTAS ESTUDIANDO) QUE HUBIERAS SIDO EN LA VIDA? - cantante de speed metal¡¡¡
18.- SI UN ARBOL CAE EN EL BOSQUE, PERO NO HAY NADIE PARA ESCUCHARLO, REALMENTE CAYO? - si
19.- POR QUE DIJISTE QUE SI CAYO? - ay no se joven, nose¡¡¡
20.-CONTESTASTE POR QUEDAR BUEN VERDAD? - ¬¬
21.-POR QUE DIJISTE QUE NO CAYO?
22.-CONTESTASTE QUE NO POR QUE ERES EL REBELDE ?
23.- A QUE TE GOLPEABAN EN LA ESCUELA? -no
24.-TU ERAS EL ABUSADOR? - seeeeeeeeee
25.-TE DIO ORGULLO DECIR QUE SI? - la neta si
26.- TIENES ALGUNA ENFERMEDAD MENTAL? - si la verdad si..
27.-CUAL ES? - bipolaridad...
28.- SI CONTESTASTE QUE NO ERAS ABUSADOR EN LA ESCUELA, NI ERAS ABUSADO, ENTONCES ERAS EL ÑOÑO(A) DEL SALON?
29.- QUE SE SIENTE SER UN ÑOÑO(A)?
30.-, QUE NO ME MIENTAS, QUE ERAS EL ÑOÑO, NO ERAS EL ORIGINAL , NI EL POPULAR, QUE ERAS EL ÑOÑO, TAMPOCO ERAS EL INDIFERENTE Y ETEREO, ERAS EL ÑOÑO?
PREGUNTAS SOBRE LA CANTINA....
31.-POR QUE CAISTE EN LA CANTINA? - por comunidad goticos, ya que ahi alguien posteo una noticia de hazme el chingado favor...
32.- QUE TE MOTIVO A UNIRTE A LA CANTINA? - pues me latio el insano desmadre que habia antiguamente..
33.- ESCRIBE LOS MEJORES MOMENTOS QUE HAYAS PASADO EN LA CANTINA (MINIMO 3) - cuando me volvi amiga,de queen(res la ostia tia) del dead ( raton , chidisimo ¬¬),de pao( eres d elas cabronas que ya no hay)de chris ( te quiero mucho bebe),eva,( me encantas maldita),mafalda( aunque seas una cusca te quiero),mexicana(eres una friki genial), al oso ( te adoro oso aunque seas autista),garcia(eres genial, ya pensaste en loque te dije?), la señorita escarlata ( esos cachetitos me vuelven loca n_n), kloe( la mejor posteadora y mi lectora mas fiel aunque nunca me escriba nada), y al resto de mis amigos que por falta de tiempo, no puedo nombrar¡¡
POR CAUSAS DE QUE SE FUE LA LUZ SE PERDIERONMAS DE 40 PREGUNTAS ¬¬ AHORA YA NO TENGO INSPIRACION PARA VOLVERLAS HA HACER, PROMETO UNA SEGUNDA PARTE¡¡GRACIAS POR SU COMPRENSION¡¡
sábado, 3 de abril de 2010
CORVUS COVAX " EL CUERVO "
El Cuervo es un ave de gran inteligencia que en muchas mitologías es reverenciado y temido. Las leyendas de este enigmático pájaro se remontan siglos atrás, habiendo sido inmortalizado con su siniestra presencia como un mal presagio...
El cuervo común mide entre 52 y 69 centímetros de longitud y su peso varía de 0,69 a 1,7 kilogramos. Viven generalmente de 10 a 15 años pero algunos individuos han alcanzado los 40 años. Una parte de su éxito se debe a su régimen omnívoro; el cuervo común es extremadamente oportunista, alimentándose de carroña, insectos, residuos alimentarios, cereales, bayas, frutas y pequeños animales. En algunos lugares su alto número y asombrosa adaptación a casi cualquier habitat les ha fraguado una reputación de "plaga". El cuervo común posee uno de los cerebros más grandes de todas las especies de aves. Se ha observado como los cuervos dirigen a otros animales para que trabajen para ellos, por ejemplo llamando a los lobos y a los coyotes al lugar de una carroña. El ave negra en la Mitología
La presencia de los cuervos en guerras, escenas de muerte, junto a su apetito carroñero han promovido al ave negra como un heraldo de la muerte. En numerosas culturas existe mención de este ave en sus leyendas:
El cuervo común mide entre 52 y 69 centímetros de longitud y su peso varía de 0,69 a 1,7 kilogramos. Viven generalmente de 10 a 15 años pero algunos individuos han alcanzado los 40 años. Una parte de su éxito se debe a su régimen omnívoro; el cuervo común es extremadamente oportunista, alimentándose de carroña, insectos, residuos alimentarios, cereales, bayas, frutas y pequeños animales. En algunos lugares su alto número y asombrosa adaptación a casi cualquier habitat les ha fraguado una reputación de "plaga". El cuervo común posee uno de los cerebros más grandes de todas las especies de aves. Se ha observado como los cuervos dirigen a otros animales para que trabajen para ellos, por ejemplo llamando a los lobos y a los coyotes al lugar de una carroña. El ave negra en la Mitología
La presencia de los cuervos en guerras, escenas de muerte, junto a su apetito carroñero han promovido al ave negra como un heraldo de la muerte. En numerosas culturas existe mención de este ave en sus leyendas:
- En la mitología Nórdica la imagen del dios Odin tiene un cuervo en cada hombro, Huginn representa el pensamiento, mientras Muninn es la memoria. Odin enviaba a sus aves a recorrer el mundo para que observen que sucede, el viejo dios temía por la muerte de ambas. Su miedo es el de los ancianos ante la pérdida de la capacidad para pensar y recordar. Los vikingos utilizaban mucho la imagen del cuervo. La ponían como símbolo en sus velas. Ragnar Lodbrok tenía una bandera llamada “Reafan” y bordada en ella la imagen de un cuervo. Según la leyenda, si la bandera flotaba al viento, Lodbrok vencería pero si la bandera colgaba sin movimiento, se perdería la batalla. - En la mitología Griega, Apolo, el dios del sol envió un cuervo blanco a proteger a Corinis, una mortal de quien el dios del sol se enamoró. Cuando ella le fue infiel en un descuido del cuervo, el ave voló hasta los cielos y le dijo a Apolo lo sucedido. El dios quemó al cuervo y sus plumas se hicieron negras y desde entonces esta ave es asociada con malas noticias. Si se lo escucha graznar advierte de una muerte próxima; si vuela por una casa, esta tendrá mala suerte. Los campesinos que veían un cuervo volar sobre su rebaño saben que uno de los animales perecerá pronto. - En la fabula del Rey Arturo, describen que él no murió y se transformó mágicamente en un cuervo. De acuerdo a la leyenda, si alguna vez todos los cuervos de la Torre de Londres desaparecieran, el Imperio Británico caería de inmediato ante la ausencia de sus guardianes. Este mito nació en el siglo XIX, época en la que los cuervos de la torre se alimentaban de los ojos de los criminales ajusticiados por el Imperio. - En los relatos hebreos existe una extraña relación entre el cuervo y la paloma, aves importantes en la imagen de Dios, el cuervo guía al hombre en las tinieblas, es el centinela de la Luna. Mientras la paloma dirige al hombre a la luz, el sol y la vida. Noé envió ambas aves en busca de tierra seca. El cuervo no regresó al encontrar abundante comida, mientras que la paloma trajo esperanza. Esta fábula muestra al cuervo como la sabiduría y la paloma como el conocimiento. | El dios Odín de la Mitología Nórdica con sus dos mascotas, los cuervos Huginn y Muninn que representaban el pensamiento y la memoria. |
- En el budismo el protector del Dharma Mahakal es representado por un cuervo, por su asociación con la tierra y los gusanos. Figura que reencarnó en el primer Dalai Lama, quien de acuerdo a la leyenda, durante su nacimiento su hogar fue atacado por ladrones, forzando a sus padres huir. Cuando regresaron temiendo lo peor se sorprendieron de ver al Dalai Lama con vida y rodeado de cuervos. Desde ese momento los Dalai Lama son protegidos por los cuervos, y las aves son mencionadas en el budismo y las disciplinas tibetanas. Cuervo y alma Los círculos de ocultismo hablan sobre la participación del cuervo como un guía las almas de los muertos al otro mundo. Sin embargo existen ocasiones donde el fallecido pereció injustamente o no era su tiempo de morir. En estos raras ocasiones, leyendas de nativos americanos, en las que el alma no puede descansar y debe regresar para reparar el daño que sufrido. El autor James O'Barr escribió el popular comic “The Crow”, el Cuervo en 1989, lo hizo para poder lidiar con la pérdida de su prometida a manos de un conductor ebrio. Posteriormente en 1994 la historia fue llevada al cine, donde Brandon Lee inmortalizó a Eric Draven, un joven músico que regresa de entre los muertos para saciar su sed de venganza. El cuervo es su fuente de poder y le otorga invunerabilidad, fuerza y la visión de todo lo que puede ver la negra ave. Posteriores sagas de la película ensombrecieron un clásico del cine en el que por desgracia Brandon Lee perdió la vida en un desafortunado accidente. El ave más inteligente Los cuervos han demostrado altos grados de recursividad y memoria. Siendo los pájaros más inteligentes, pueden aprender palabras y oraciones cortas incluso mejor que un loro, su capacidad para imitar es realmente sorprendente. Cuervo hablando. Saben contar en diferente escala, es decir que si tres humanos entran a una sala con cuervos, y se van dos visitantes, las aves saben que aún queda una persona. También han demostrado cierta atracción hacia pequeños y brillantes objetos, los cuales roban y esconden. Cuervo usando un alambre como gancho para conseguir comida. Muestran aptitudes de planificación y comunicación con individuos, algunas especies como los Corvus moneduloides aprenden a usar herramientas para obtener su comida. Es muy conocido el caso de unos cuervos que aprendieron a usar el tráfico de vehículos en una carretera para abrir nueces, Cuervos abren nueces usando coches en carretera. Sorprendentemente estas aves respetan a sus ancianos, a quienes traen comida, de acuerdo a las investigaciones esto demuestra que la especie está familiarizada con el concepto de respetar a sus mayores. A pesar de poseer tanta inteligencia los cuervos no son buenas mascotas, como bien dice el dicho popular "Cría cuervos y te sacarán los ojos". |
viernes, 2 de abril de 2010
SHANDA RENEE SHARER
El procesamiento de dos chicas por el asesinato de una niña de 12 años recuerda las escenas más siniestras de las películas de terror que llenan de sangre las pantallas de los televisores norteamericanos. Dos adolescentes de un pequeño pueblo de Indiana, Mary Laurine Tackett y Melinda Loveless, de 17 años, pueden acabar siendo condenadas a muerte por sodomizar y quemar viva a su ex compañera de colegio Shanda Renée Sharer el pasado enero.
Los cargos de asesinato presentados recientemente contra ellas están fundamentados en la confesión de una tercera chica de 15 años, Hope Ripley, y en los de su amigo Toni Lawrence, que supuestamente presenciaron parte de la tortura a la que fue sometida la niña. La fiscalía no ha presentado cargos contra Hope, demasiado joven como para poder ser propuesta. para la pena de muerte, y tan sólo cargos menores contra Toni, a cambio de su declaración inculpatoria contra las otras dos jóvenes.El espeluznante relato centra la escena a la salida de un concierto de rock el viernes 11 de enero pasado en la localidad de Louisville. Después de varias horas de música y diversión, la joven Melinda Loveless manifiesta sus intenciones de venganza hacia Shanda Renée Sharer. Loveless (sin amor, en inglés) explica a sus amigos que va a matar a Shanda Renée porque ha intentado quitarle una amiga. Como si de otro aliciente de noche de viernes se tratara, el grupo de los cuatro adolescentes se dirige con su coche hacia la puerta de la casa de la chica de 12 años. Sharon Renée se sube al coche para dar un paseo sin sospechar las intenciones de sus amigos.
Durante la primera parte del viaje, Melinda Loveless, que parece ser el cerebro del asesinato, permanece oculta bajo una sábana en la parte de atrás del vehículo. Cuando el coche se desvía de la autopista 421 para llegar a un paraje conocido como Lemon Tree Road, sale de su escondite y amenaza con su navaja a la niña por la que siente celos. Shanda Rénée Sharer es sodomizada con un objeto metálico y sus piernas son atravesadas con una navaja. Por razones que todavía parecen confusas para los investigadores, Tackett y Loveless interrumpen la ceremonia, cargan a la niña en el maletero y se van a dejar a sus dos amigos al pueblo.
Refrescos y gasolina
Minutos después, Loveless y Tackett paran en una gasolinera para llenar con gasolina una de las botellas de refresco que se habían llevado al concierto y desaparecen por la carretera.
Según la declaración de Hope Ripley, sus dos amigas no regresaron a casa hasta las diez de la mañana del día siguiente, unas horas antes de que la policía encontrara la botella del refresco derretida junto con el cuerpo de la víctima, que tenía alrededor de su cintura restos de una tela que coincide con el material de una manta hallada en el coche de Tackett.
Poco después de que el cuerpo abandonado apareciera, la policía detuvo a las dos jóvenes que ahora se enfrentan a las acusaciones en un juicio en el que son consideradas como adultas, y, por tanto, pueden ser condenadas a pena de muerte.
The Tribune de New Albany, el pequeño periódico de esta localidad de 37.000 habitantes, ha seguido dando detalles sobre el asesinato que ha conmocionado a los lugareños de esta aburrida localidad.
Los cargos de asesinato presentados recientemente contra ellas están fundamentados en la confesión de una tercera chica de 15 años, Hope Ripley, y en los de su amigo Toni Lawrence, que supuestamente presenciaron parte de la tortura a la que fue sometida la niña. La fiscalía no ha presentado cargos contra Hope, demasiado joven como para poder ser propuesta. para la pena de muerte, y tan sólo cargos menores contra Toni, a cambio de su declaración inculpatoria contra las otras dos jóvenes.El espeluznante relato centra la escena a la salida de un concierto de rock el viernes 11 de enero pasado en la localidad de Louisville. Después de varias horas de música y diversión, la joven Melinda Loveless manifiesta sus intenciones de venganza hacia Shanda Renée Sharer. Loveless (sin amor, en inglés) explica a sus amigos que va a matar a Shanda Renée porque ha intentado quitarle una amiga. Como si de otro aliciente de noche de viernes se tratara, el grupo de los cuatro adolescentes se dirige con su coche hacia la puerta de la casa de la chica de 12 años. Sharon Renée se sube al coche para dar un paseo sin sospechar las intenciones de sus amigos.
Durante la primera parte del viaje, Melinda Loveless, que parece ser el cerebro del asesinato, permanece oculta bajo una sábana en la parte de atrás del vehículo. Cuando el coche se desvía de la autopista 421 para llegar a un paraje conocido como Lemon Tree Road, sale de su escondite y amenaza con su navaja a la niña por la que siente celos. Shanda Rénée Sharer es sodomizada con un objeto metálico y sus piernas son atravesadas con una navaja. Por razones que todavía parecen confusas para los investigadores, Tackett y Loveless interrumpen la ceremonia, cargan a la niña en el maletero y se van a dejar a sus dos amigos al pueblo.
Refrescos y gasolina
Minutos después, Loveless y Tackett paran en una gasolinera para llenar con gasolina una de las botellas de refresco que se habían llevado al concierto y desaparecen por la carretera.
Según la declaración de Hope Ripley, sus dos amigas no regresaron a casa hasta las diez de la mañana del día siguiente, unas horas antes de que la policía encontrara la botella del refresco derretida junto con el cuerpo de la víctima, que tenía alrededor de su cintura restos de una tela que coincide con el material de una manta hallada en el coche de Tackett.
Poco después de que el cuerpo abandonado apareciera, la policía detuvo a las dos jóvenes que ahora se enfrentan a las acusaciones en un juicio en el que son consideradas como adultas, y, por tanto, pueden ser condenadas a pena de muerte.
The Tribune de New Albany, el pequeño periódico de esta localidad de 37.000 habitantes, ha seguido dando detalles sobre el asesinato que ha conmocionado a los lugareños de esta aburrida localidad.
domingo, 28 de marzo de 2010
COMO SER UNA MUJER INTELIGENTE
Las mujeres inteligentes saben que....
Dios creó las citas para que las mujeres puedan
descubrir las características negativas de un hombre antes de
involucrarse con él, NO DESPUES.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Si siempre vuelves con el hombre equivocado, tal
vez no tengas la oportunidad de conocer al hombre correcto.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Las palabras 'Te quiero' no salen con facilidad
ó rapidez de la boca de un hombre sincero.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Aunque ella sea la mujer adecuada, el hombre
equivocado siempre será el hombre equivocado.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Todo hombre que no sabe 'lo que quiere' no
merece lo que tiene.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Si los hombres equivocados siempre te
encuentran, es porque das las señales equivocadas.
Las mujeres inteligentes saben que ...
A menos que tengas conexiones con la Interpol,
debes pensarlo dos veces
antes de salir con un hombre mujeriego.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Esperar que un hombre cambie es como esperar que
uno gane la lotería.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Algunos hombres cambian, pero cuando lo hacen
también cambian de mujer.
Las mujeres inteligentes saben que ...
No es inteligente aferrarse al dolor
MUJER RECUERDA SIEMPRE....
Luce bonita, no importa si vas sólo a tu trabajo...no sé sabe si camino
a este encontrarás a alguien que se fije en tu caminar.
Proyecta siempre que te sientes bonita. Una mujer no sólo es bonita
cuando usa ropas caras ó trae un buen maquillaje...
Una mujer refleja en la cara lo bonita que se siente si se muestra segura de sí misma al caminar!
UNA MUJER DEBE TENER....
El valor necesario para alejarse cuando no la aman.
Libertad económica suficiente para irse y rentar un lugar propio, incluso si nunca lo desea o lo necesita.
Una etapa de juventud que dejar atrás con gusto.
Un pasado suficientemente rico en experiencias, como para ser contado al llegar a una edad avanzada.
La certeza de que seguramente llegará a una edad avanzada y tener dinero guardado en el banco, suficiente para no depender de nadie.
Un equipo completo de destornilladores, taladro... y al menos un brassier negro de encaje.
Un hermoso mueble en casa, que no perteneció a nadie en la familia.
Un e-mail en donde recibir y enviar frases de aliento.
Un juego de vajilla para ocho personas, copas y la receta para una cena que haga espléndidamente a sus invitados.
Una rutina de cuidado de la piel, un plan de ejercicios y un proyecto para enfrentar aquellas facetas de la vida que no mejoran después de los 30.
Un inicio sólido en una carrera que le encanta.
Una relación satisfactoria.
TODA MUJER DEBE SABER:
-Cómo enamorarse sin dejar de ser ella misma.
-Lo que quiere con respecto a tener hijos
-Cómo: renunciar a un trabajo, terminar con un novio y confrontar a un amigo sin arruinar una amistad.
-Cuándo intentarlo todo... y cuándo alejarse.
-Cómo pasarla de maravilla en una fiesta a la que no deseaba asistir.
-Cómo pedir algo que realmente desee de manera que casi seguramente lo consiga.
-Tiene que entender que no puede modificar el ancho de sus muslos ó sus caderas, o la forma de ser de sus padres.
-Que su niñez pudo no ser perfecta... pero ya terminó.
-Lo que podría o no podría hacer por amor... ó debería o no.
-Como vivir sola... aun si le desagrada.
-Debe saber en quién confiar y en quién no.
-A dónde ir: a sentarse con su mejor amiga o a una agradable cabaña en la playa, cuando su alma necesita alimentarse y tranquilizarse.
'Señor: Aquí te presento a mi amiga para que la bendigas, la cuides y le enseñes a vivir. Tú que sabes lo que vive, lo que le preocupa, lo que siente, lo que piensa, lo que anhela, lo que le falta y lo que desea.
Tú que sabes cuándo llora, cuando ríe, cuando está en soledad. Cuídala, protégela, anímale a seguir adelante; acompáñala siempre.
NOTA: No olvides que lo ideal sería lograr tener todo, pero aunque
sólo leas la lista y te sientas identificada en algo, estas en buen camino.
Nunca pierdas la esperanza, de cada día lograr nueva conquistas.
Dios creó las citas para que las mujeres puedan
descubrir las características negativas de un hombre antes de
involucrarse con él, NO DESPUES.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Si siempre vuelves con el hombre equivocado, tal
vez no tengas la oportunidad de conocer al hombre correcto.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Las palabras 'Te quiero' no salen con facilidad
ó rapidez de la boca de un hombre sincero.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Aunque ella sea la mujer adecuada, el hombre
equivocado siempre será el hombre equivocado.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Todo hombre que no sabe 'lo que quiere' no
merece lo que tiene.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Si los hombres equivocados siempre te
encuentran, es porque das las señales equivocadas.
Las mujeres inteligentes saben que ...
A menos que tengas conexiones con la Interpol,
debes pensarlo dos veces
antes de salir con un hombre mujeriego.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Esperar que un hombre cambie es como esperar que
uno gane la lotería.
Las mujeres inteligentes saben que ...
Algunos hombres cambian, pero cuando lo hacen
también cambian de mujer.
Las mujeres inteligentes saben que ...
No es inteligente aferrarse al dolor
MUJER RECUERDA SIEMPRE....
Luce bonita, no importa si vas sólo a tu trabajo...no sé sabe si camino
a este encontrarás a alguien que se fije en tu caminar.
Proyecta siempre que te sientes bonita. Una mujer no sólo es bonita
cuando usa ropas caras ó trae un buen maquillaje...
Una mujer refleja en la cara lo bonita que se siente si se muestra segura de sí misma al caminar!
UNA MUJER DEBE TENER....
El valor necesario para alejarse cuando no la aman.
Libertad económica suficiente para irse y rentar un lugar propio, incluso si nunca lo desea o lo necesita.
Una etapa de juventud que dejar atrás con gusto.
Un pasado suficientemente rico en experiencias, como para ser contado al llegar a una edad avanzada.
La certeza de que seguramente llegará a una edad avanzada y tener dinero guardado en el banco, suficiente para no depender de nadie.
Un equipo completo de destornilladores, taladro... y al menos un brassier negro de encaje.
Un hermoso mueble en casa, que no perteneció a nadie en la familia.
Un e-mail en donde recibir y enviar frases de aliento.
Un juego de vajilla para ocho personas, copas y la receta para una cena que haga espléndidamente a sus invitados.
Una rutina de cuidado de la piel, un plan de ejercicios y un proyecto para enfrentar aquellas facetas de la vida que no mejoran después de los 30.
Un inicio sólido en una carrera que le encanta.
Una relación satisfactoria.
TODA MUJER DEBE SABER:
-Cómo enamorarse sin dejar de ser ella misma.
-Lo que quiere con respecto a tener hijos
-Cómo: renunciar a un trabajo, terminar con un novio y confrontar a un amigo sin arruinar una amistad.
-Cuándo intentarlo todo... y cuándo alejarse.
-Cómo pasarla de maravilla en una fiesta a la que no deseaba asistir.
-Cómo pedir algo que realmente desee de manera que casi seguramente lo consiga.
-Tiene que entender que no puede modificar el ancho de sus muslos ó sus caderas, o la forma de ser de sus padres.
-Que su niñez pudo no ser perfecta... pero ya terminó.
-Lo que podría o no podría hacer por amor... ó debería o no.
-Como vivir sola... aun si le desagrada.
-Debe saber en quién confiar y en quién no.
-A dónde ir: a sentarse con su mejor amiga o a una agradable cabaña en la playa, cuando su alma necesita alimentarse y tranquilizarse.
'Señor: Aquí te presento a mi amiga para que la bendigas, la cuides y le enseñes a vivir. Tú que sabes lo que vive, lo que le preocupa, lo que siente, lo que piensa, lo que anhela, lo que le falta y lo que desea.
Tú que sabes cuándo llora, cuando ríe, cuando está en soledad. Cuídala, protégela, anímale a seguir adelante; acompáñala siempre.
NOTA: No olvides que lo ideal sería lograr tener todo, pero aunque
sólo leas la lista y te sientas identificada en algo, estas en buen camino.
Nunca pierdas la esperanza, de cada día lograr nueva conquistas.
DEBAJO DE LA CAMA
La imagen que más le había impresionado en toda su vida pertenecía a una película de la cual no recordaba ni el título. Había una niña tumbada sobre su cama. Poco más allá, a su izquierda, había un espejo, y ella podía verse dormir. La luna reflejaba su imagen, y cada noche, por aquello del miedo que atenaza a los niños, la cría se miraba en el espejo y aprovechaba para ver si debajo de su cama había algo de lo que debiera tener conocimiento. Tras ver que no había nada se quedó tranquila. Unas escenas más adelante volvió a hacer lo mismo y luego cerró los ojos. Su mano cayó hacia el suelo. En un momento dado notó una humedad viscosa en su mano lacia y abrió los ojos sin atrever a moverse un ápice. Giró la cabeza hacia la izquierda y miró el espejo. Bajo su cama había un hombre con ojos de sádico, que lamía su mano con la boca sangrienta en un rictus perverso.
Aquella escena era la que más terror le producía, pero ella no tenía un espejo al lado de la cama para mirar si estaba sola en la habitación, y por más que había pedido a sus padres que le pusieran un espejo estos siempre le habían dicho lo mismo: no hay sitio. A un lado tenía el balcón y al otro un armario y la puerta. No cabía esa posibilidad, y ponerlo enfrente no tenía sentido.
De modo que Leticia miraba debajo de su cama nada más entrar en la habitación, con las luces abiertas y la puerta del cuarto abierta, por si tenía que gritar y ser escuchada por sus padres. Una vez comprobaba que no habia nada, cerraba la puerta para asegurarse de que nadie podía entrar, y tras leer algunas páginas de un libro de la colección del Barco de Vapor, se dormía con la luz de la lamparilla encendida. Más tarde, como cada noche, entraría alguno de sus padres para darle un beso en la frente y cerrar la luz. También cerraban la puerta por expreso deseo de ella. Si antes no habían entrado, después tampoco lo harían.
Una noche entró e hizo su rutina habitual. Cuando terminó abrió el libro que estaba leyendo, sus ojos consumieron ávidamente unas páginas y cayó rendida. Su madre entró veinte minutos después, besó su frente, cerró la luz y se marchó, dejando cerrada la puerta.
Leticia no pudo ver como media hora más tarde el pomo de su puerta giraba lentamente. La puerta no chirribaba, de modo que tampoco se enteró cuando ésta se abrió lentamente y “algo” que no tenía forma ni color se deslizó por el suelo sin hacer ningún ruido. Ella permanecía inerte sumida en sueños cuando la sábana que la cubría comenzó a deslizarse hacia sus pies. Un pequeño cosquilleo producido por el movimiento de las sábanas hizo que moviera las piernas incómodamente, casi en un arranque nervioso, pero no llegó a despertarla. Cuando las sábanas terminaron en el suelo Leticia comenzó a tener una pesadilla. Sus ojos, ocultos tras los párpados cerrados, se movían rítmica y velozmente. Mientras tanto un ser invisible a la vista humana, deslizaba parte de sí por las piernas desnudas de Leticia, provocando que toda su piel se estremeciera y el bello de todo su cuerpo se erizara. Un frio glacial recorrió sus pies, sus piernas, su cintura, su pecho y sus brazos y terminó llegando hasta su rostro como un suspiro mortal. Leticia sintió que el corazón se le congelaba y abrió los ojos en un rictus de horror. Respiró hondo y comenzó a hiperventilarse mientras sus manos se agarraban fuerte a la sábana de fondo. Cuando logró aminorar la velocidad de su respiración y su corazón volvió a su número de palpitaciones habitual, Leticia parpadeó un par de veces más y se centró. Algo fallaba. No era solo la pesadilla que le había despertado, había algo más. Era un presentimiento. En un moviento tan rápido como el miedo le permitió, encendió la luz de la habitación.
Sentada aún en la cama se miró las propias piernas y encontró la respuesta a su pregunta. La sábana que cubría su cuerpo ahora no estaba. Miró a un lado y otro de la cama sin apenas mover más músculo de su cuerpo que el del cuello, y no encontró la pieza que faltaba. De un bote se puso de rodillas y se acercó hasta los pies de la cama. Allí abajo, de forma circular, estaba toda la sábana que debía haber estado cubriendo su cuerpo. Comenzó a sentir otra vez el miedo que la había hecho hiperventilarse y su respiración volvió a agitarse. De haber sido asmática ya habría sufrido un ataque. Era una suerte ser una niña sana. Si hubiera tenido setenta años probablemente aquella noche habría muerto de un ataque al corazón.
Alargó el brazo para recuperar su sábana y se la echó por encima. Todavía luchaba por recuperar también la serenidad. Tenía tanto miedo que apenas le salió un susurro de la boca cuando creyó estar gritando “mamá”. Su carne de gallina y su bello erizado no la tranquilizaba en absoluto. Tras gemir comenzó a llorar. Si las palabras no salían de su boca, tendría que ir hasta la habitación de sus padres para dejarse consolar... y aquello también le provocaba pavor. La habitación estaba dos cuartos más allá, al fondo del pasillo. Pero si quería que hubiera alguien con ella hasta que consiguiera volver a dormirse, tendría que salir de su propia habitación. Con todo el valor que una niña de doce años podría tener, Leticia localizó primero las zapatillas para ponérselas lo más rápido posible y salir corriendo de allí. Pensó que si corría llegaría antes a la habitación de sus padres y podría meterse entre ambos para recuperar la tranquilidad y el sueño. Sólo sus padres tenían esa capacidad de devolverle la paz. Ella era muy joven, no podía hacerlo todo sola. Necesitaba dos adultos a los que amaba y en los que confiaba.
Decidida, tras localizar sus zapatillas, se abrazó a la sábana, se calzó y corrió hacia la puerta de su habitación. Fue entonces, cuando al alargar el brazo para abrir el pomo, se dio cuenta de que la puerta estaba abierta. El miedo la paralizó de nuevo y sus ojos bailotearon de terror. No se atrevía a girarse y en el umbral permaneció el tiempo que a ella le pareció una eternidad. Sus pies no se atrevían a dar un paso más. Comenzó a hiperventilarse de nuevo y sintió marearse, y en un arranque último de valor extendió el brazo y abrió la luz del pasillo. ¿Iba a morir de miedo? Aquella duda consiguió que echara a correr hasta la habitación de sus padres pero fue tan rápida y torpe que se estampó contra la puerta semiabierta.
Cayó al suelo y se dañó un tobillo, pero provocó el suficiente ruido como para que su padre se despertara y abriera la luz.
- ¿Leticia?
La niña alzó su rostro poco a poco. Primero vio las baldosas del suelo, luego llegó hasta las zapatillas de su padre, y entonces miró debajo de la cama de matrimonio.
Antes de que la habitación comenzara a darle vueltas y cayera al suelo había podido ver que debajo de la cama de sus padres estaba su madre sobre un charco de sangre y un ser etéreo, como el cristal, al cual sólo se podía con los ojos de la infancia, lamía la barbilla sangrienta de su madre.
FIN.
Aquella escena era la que más terror le producía, pero ella no tenía un espejo al lado de la cama para mirar si estaba sola en la habitación, y por más que había pedido a sus padres que le pusieran un espejo estos siempre le habían dicho lo mismo: no hay sitio. A un lado tenía el balcón y al otro un armario y la puerta. No cabía esa posibilidad, y ponerlo enfrente no tenía sentido.
De modo que Leticia miraba debajo de su cama nada más entrar en la habitación, con las luces abiertas y la puerta del cuarto abierta, por si tenía que gritar y ser escuchada por sus padres. Una vez comprobaba que no habia nada, cerraba la puerta para asegurarse de que nadie podía entrar, y tras leer algunas páginas de un libro de la colección del Barco de Vapor, se dormía con la luz de la lamparilla encendida. Más tarde, como cada noche, entraría alguno de sus padres para darle un beso en la frente y cerrar la luz. También cerraban la puerta por expreso deseo de ella. Si antes no habían entrado, después tampoco lo harían.
Una noche entró e hizo su rutina habitual. Cuando terminó abrió el libro que estaba leyendo, sus ojos consumieron ávidamente unas páginas y cayó rendida. Su madre entró veinte minutos después, besó su frente, cerró la luz y se marchó, dejando cerrada la puerta.
Leticia no pudo ver como media hora más tarde el pomo de su puerta giraba lentamente. La puerta no chirribaba, de modo que tampoco se enteró cuando ésta se abrió lentamente y “algo” que no tenía forma ni color se deslizó por el suelo sin hacer ningún ruido. Ella permanecía inerte sumida en sueños cuando la sábana que la cubría comenzó a deslizarse hacia sus pies. Un pequeño cosquilleo producido por el movimiento de las sábanas hizo que moviera las piernas incómodamente, casi en un arranque nervioso, pero no llegó a despertarla. Cuando las sábanas terminaron en el suelo Leticia comenzó a tener una pesadilla. Sus ojos, ocultos tras los párpados cerrados, se movían rítmica y velozmente. Mientras tanto un ser invisible a la vista humana, deslizaba parte de sí por las piernas desnudas de Leticia, provocando que toda su piel se estremeciera y el bello de todo su cuerpo se erizara. Un frio glacial recorrió sus pies, sus piernas, su cintura, su pecho y sus brazos y terminó llegando hasta su rostro como un suspiro mortal. Leticia sintió que el corazón se le congelaba y abrió los ojos en un rictus de horror. Respiró hondo y comenzó a hiperventilarse mientras sus manos se agarraban fuerte a la sábana de fondo. Cuando logró aminorar la velocidad de su respiración y su corazón volvió a su número de palpitaciones habitual, Leticia parpadeó un par de veces más y se centró. Algo fallaba. No era solo la pesadilla que le había despertado, había algo más. Era un presentimiento. En un moviento tan rápido como el miedo le permitió, encendió la luz de la habitación.
Sentada aún en la cama se miró las propias piernas y encontró la respuesta a su pregunta. La sábana que cubría su cuerpo ahora no estaba. Miró a un lado y otro de la cama sin apenas mover más músculo de su cuerpo que el del cuello, y no encontró la pieza que faltaba. De un bote se puso de rodillas y se acercó hasta los pies de la cama. Allí abajo, de forma circular, estaba toda la sábana que debía haber estado cubriendo su cuerpo. Comenzó a sentir otra vez el miedo que la había hecho hiperventilarse y su respiración volvió a agitarse. De haber sido asmática ya habría sufrido un ataque. Era una suerte ser una niña sana. Si hubiera tenido setenta años probablemente aquella noche habría muerto de un ataque al corazón.
Alargó el brazo para recuperar su sábana y se la echó por encima. Todavía luchaba por recuperar también la serenidad. Tenía tanto miedo que apenas le salió un susurro de la boca cuando creyó estar gritando “mamá”. Su carne de gallina y su bello erizado no la tranquilizaba en absoluto. Tras gemir comenzó a llorar. Si las palabras no salían de su boca, tendría que ir hasta la habitación de sus padres para dejarse consolar... y aquello también le provocaba pavor. La habitación estaba dos cuartos más allá, al fondo del pasillo. Pero si quería que hubiera alguien con ella hasta que consiguiera volver a dormirse, tendría que salir de su propia habitación. Con todo el valor que una niña de doce años podría tener, Leticia localizó primero las zapatillas para ponérselas lo más rápido posible y salir corriendo de allí. Pensó que si corría llegaría antes a la habitación de sus padres y podría meterse entre ambos para recuperar la tranquilidad y el sueño. Sólo sus padres tenían esa capacidad de devolverle la paz. Ella era muy joven, no podía hacerlo todo sola. Necesitaba dos adultos a los que amaba y en los que confiaba.
Decidida, tras localizar sus zapatillas, se abrazó a la sábana, se calzó y corrió hacia la puerta de su habitación. Fue entonces, cuando al alargar el brazo para abrir el pomo, se dio cuenta de que la puerta estaba abierta. El miedo la paralizó de nuevo y sus ojos bailotearon de terror. No se atrevía a girarse y en el umbral permaneció el tiempo que a ella le pareció una eternidad. Sus pies no se atrevían a dar un paso más. Comenzó a hiperventilarse de nuevo y sintió marearse, y en un arranque último de valor extendió el brazo y abrió la luz del pasillo. ¿Iba a morir de miedo? Aquella duda consiguió que echara a correr hasta la habitación de sus padres pero fue tan rápida y torpe que se estampó contra la puerta semiabierta.
Cayó al suelo y se dañó un tobillo, pero provocó el suficiente ruido como para que su padre se despertara y abriera la luz.
- ¿Leticia?
La niña alzó su rostro poco a poco. Primero vio las baldosas del suelo, luego llegó hasta las zapatillas de su padre, y entonces miró debajo de la cama de matrimonio.
Antes de que la habitación comenzara a darle vueltas y cayera al suelo había podido ver que debajo de la cama de sus padres estaba su madre sobre un charco de sangre y un ser etéreo, como el cristal, al cual sólo se podía con los ojos de la infancia, lamía la barbilla sangrienta de su madre.
FIN.
AZUL
Al despertar en su cama se desperezó y se restregó los ojos. Sus largos y blancos dedos tocaron su frente y una alarma en su interior se disparó. ¿Un grano?. ¡Por Dios! Con treinta y tres años, un hombre hecho y derecho no podía ser víctima del acné. Instintivamente palpó de nuevo con sus yemas blandas, las yemas de un pianista, tersas y pulcras, la pequeña protuberancia que había descubierto tras un largo y reconfortante sueño.
Un incómodo malestar le arrebató la comodidad de su descanso y se levantó, casi furioso, de la cama.
Entró en el cuarto de baño para mirar el supuesto maldito grano que había llegado tarde.
- ¿Qué...?
No podía dar crédito a sus ojos. Lo que veía tenía la apariencia física de una gota. Una gota azul. Sus pupilas se dilataron mientras se miraba de frente en el espejo. Sus ojos tenían el mismo color que aquel diamante de materia desconocida que había nacido, sin previo aviso, en el centro de su frente. Parecía un tercer ojo pero... ¿de dónde había salido?
Sus largos dedos volvieron a posarse sobre la gota azul y sus yemas se deslizaron sobre ella. Rememoró la gelatina tras palpar el bultito y se dijo que aquello era muy raro. Tenía la apariencia de un diamante pero el tacto le demostraba que era una sustancia blanda. Se lavó la cara e intentó despegar al intruso que había en su frente, pero ni siquiera frotando una áspera toalla que en su día fue de suave rizo americano consiguió despegarlo o desintegrarlo. Volvió a probar con jabón pero éste solo consiguió que fuera más difícil localizarlo.
Se dio pronto por vencido y volvió a tirarse en la cama. Su cuerpo pedía cinco minutos más de sueño y no pudo evitar quedarse dormido. Cuando había despertado, justo antes de tocar aquel bultito azul, había pensado que no necesitaba más descanso porque se sentía fresco y lleno de energías. Sin embargo aquella cosa extraña que se había apoderado de su frente provocando un golpe a su vanidad le había sentado como una patada en el estómago. El concierto era importante, pero su imagen también.
El sol aún no había salido y el concierto quedaba aún muy lejos. Además, para eso estaba su madre que, atenta y predispuesta a mimar a su exitoso hijo, le despertaría suave y amablemente con una bandeja que portaría un suculento desayuno.
Soñó con su actuación y disfrutó de aplausos eufóricos. Y volvió a despertar aun antes de que su madre apareciera por su habitación.
Instintivamente se llevó la mano a la frente y arrugó el ceño. ¿Dónde estaba aquella gota azul que, juraría, apenas diez minutos antes había tocado con sus dedos y visto con sus propios ojos en el espejo del cuarto de baño?. Sin levantarse aún de la cama, supuso que habría sido un sueño y que nunca se había levantado con aquella curiosidad.
Miró el reloj. Eran las siete y cuarto de la mañana. Faltaba aún más de media hora para que su madre acudiera a él con su desayuno. Decidió, dado que estaba algo excitado y bastante despierto, levantarse y prepararse él mismo su zumo de naranja y su café con leche. Incluso podría hacerse unas tostadas. No estaba de más quitarle algún cargo a su madre y ser él quien la mimara a ella. Tener un hijo famoso era un orgullo para la madre pero seguramente le alegraría más que el concertista fuera capaz de hacer algo más que teclear el piano con gracia y agilidad. Aunque tampoco estaba tan seguro... Pero daba igual. Aquella energía tenía que aprovecharla, le gustara o no a su madre que sus dedos cogieran un cuchillo y untaran mantequilla en unas tostadas. Decidido. No la despertaría y se encargaría él mismo de prepararse algo.
Penetró en el cuarto de baño y se miró al espejo. Sus ojos azules recorrieron su rostro y observaron detenidamente su frente. Allí no había nada. Lo había soñado. Le pareció increíble que el sueño hubiese sido tan real pero no ocupó su bendito cerebro creador de fantásticas piezas en darle más vueltas a aquello.
Sentado en el retrete y pensando qué traje utilizaría en el concierto su mirada se posó vagamente sobre el suelo de gres del lavabo. Un destelleante reflejo llamó su atención y parpadeó varias veces.
¿Qué estaba viendo?
En el suelo, cerca de sus pies, donde se había posado su mirada estaba aquella extraña gotita azul que le recordaba al mar y a sus propios ojos. Se acercó a ella y la escrutó con la mirada.
Un destello del diamante de gelatina le hizo retroceder y sentir un escalofrío en su espina dorsal. No obstante continuó allí observando la gotita que un rato antes había estado pegada a su frente.
- No me gusta. -Murmuró para sí.
No era un día frío, al contrario, el boletín meteorológico del día anterior había anunciado que habría subidas importantes de temperatura en Levante y a esas horas ya debería notarse la calidez del verano si no el calor sofocante del sol. El hombre sintió otro escalofrío y se abrazó a sí mismo.
Antes de que se diera cuenta, mientras sus ojos intentaban penetrar en el misterio de aquella gota azul que yacía sobre el suelo de gres, una invasión de escalofríos se había apoderado de su cuerpo, de sus músculos, de sus huesos...
Aún en el lavabo, con los pies clavados en el suelo, un malestar ignoto se hizo con el poder de su cuerpo y de su mente. Se sentía febril y tiritaba continuamente. ¿Enfermo justo antes de empezar el concierto? ¡Eso era imposible! ¡Terrible!.
Intentó despegar sus pies descalzos del gres pero algo se lo impedía. El malestar general se estaba acentuando y el hombre comenzó a sudar. Sus ojos iban y venían e inconscientemente parecían despedirse de la vida dejándole en ocasiones sólo una mancha blanca en sus cuencas frías. Le palpitaban las sienes.
El sudor comenzó a humedecer su cuerpo que fue objeto de extraños espasmos. Su mente pensaba en lo que le estaba sucendiendo y el terror se apoderaba de su cerebro.
¿Qué me está pasando?
Sus piernas perdieron fuerza y se doblaron lenta y esforzadamente hasta quedar acurrucado en el suelo del cuarto de baño.
Abrazándose a sus piernas intentó tratar de controlar aquella extraña enfermedad de la cual desconocía el nombre y sus ojos volvieron a bajar a su posición normal.
Un sonido gutural salió de su garganta al descubrirse rodeado de gotas de sudor azules, azules como el mar, azules como la gota con la que había amanecido en su frente, azules como sus propios ojos. El azul que había heredado de su padre.
Observó temeroso e incapaz de moverse cómo sus gotas de sudor azules se estiraban, se dejaban caer, se multiplicaban, se hacían cada vez más largas...
Y gelatinosas.
Sintió un nudo en la garganta y algo parecido a una bola de pelos de gato que le urgió a beber agua para no morirse atragantado o asfixiado. El miedo a morir fue más fuerte que el terror a lo que le estaba sucediendo e intentó controlarse, pero sus cuerdas vocales no le obedecían y su grito de auxilio quedó vacío en su cerebro.
Intentó movilizar su cuerpo pero parecía hecho de roca inerte. Sólo sus pupilas se empequeñecían y se agrandaban dentro de unos ojos que parecían bailar una danza lúgubre y enfermiza.
El frío lo tenía aterido y la inmovilidad, asustado.
Su mente, a pesar del miedo descontrolado, era lo único que parecía funcionar correctamente, aunque a veces tenía la sensación de estar delirando.
Intentó serenarse a pesar del manto azul y pegajoso que le estaba envolviendo y que iba cubriendo cada vez más su cuerpo.
Quería levantar la cabeza y mirar al techo para que sus ojos no fueran testigos de aquella extraña experiencia que parecía querer llevarle a la locura.
¡Dios misericordioso! ¿Qué he hecho yo para que me ocurra algo tan horrible?.
En su búsqueda por el control y la serenidad, cerró los párpados y agradeció a Dios que estos obedecieran sus órdenes mentales. Consiguió mantener los ojos cerrados y así dejar de sufrir una visión tan odiosa y terrible.
Notaba un frío inusual, ni seco ni húmedo, en sus piernas, en sus brazos, en sus pies y en sus manos. El frío se había apoderado de su estómago y de su espalda, de su pecho y de su garganta... Curiosamente, haciendo balance y analizando aquella situación, se percató de que su cabeza era la única que permanecía aislada del frío.
¡El cerebro!.
El cerebro puede con esa maldita cosa. El calor, la energía del cerebro, es poder.
Hizo un esfuerzo supremo por controlar algo más que su cerebro. Sus músculos estaban tensos, parecían cables de alta tensión, duros y fuertes, inamovibles.
Lanzó mensajes de lucha a su masa gris esperando solucionar así parte del problema y recurrió a todo su poder de concentración para ganar la batalla que estaba lidiando con aquella enfermedad azul.
Inconscientemente, no se le había ocurrido que aquello pudiera no ser una enfermedad. Él se había dedicado a la música, a la belleza de los sonidos que ágilmente creaban sus dedos sobre las teclas del piano. Jamás había estado convalenciente a menos que fuera un resfriado lo que le había mantenido con apenas unas décimas de más de fiebre, pero hasta eso había podido solucionarlo con un simple analgésico.
El hombre que permanecía acurrucado en el suelo del cuarto de baño rodeado de un manto azul cada vez más espeso que surgía con cada gota de sudor provocado por el delirio febril, un cúmulo de gotas gelatinosas azules que sólo dejaba libre su cabeza, nunca había estudiado Medicina. Jamás había leído un artículo, un libro o un reportaje sobre Medicina. Era un inculto en ese sentido. La música era su vida.
Y no sabía que su poder, la posibilidad de luchar contra aquella gota azul, estaba en recordar por qué había ido en su busca. ¿Qué podía haber pasado para que le hubiera elegido a él.? La respuesta era su única salvación pero él, no sólo no la tenía, sino que no le preocupaba llegar hasta ella porque estaba enfrascado en su propio miedo y en su ignorancia acerca de las enfermedades humanas. Además, aún tenía una prueba que superar de la que él no era todavía consciente y, llegado el momento, quizá no pudiera con ella.
Mentalmente pidió varias veces auxilio a una madre que aún permanecía acostada soñando con su difunto marido, feliz de rememorarlo como ella deseaba aunque fuese en sueños.
La ineficacia de sus peticiones mentales le hizo sentirse aún más débil y tuvo que pasar unos minutos de abandono para que se diera cuenta que él era el único que podía vencer ese mal.
Volvió a recurrir a su esfuerzo mental, pero esta vez no para avisar a su madre de que algo fatídico estaba sucediendo a su hijo, sino para movilizar su cuerpo y luchar contra la masa de gotas gelatinosas azules que le recordaban demasiado al azul de sus ojos.
En un esfuerzo supremo, un nuevo sonido gutural salió de su garganta. Pero no fue lo suficientemente subido de tono como para llamar la atención de su amorosa madre.
El agua le llamaba subliminalmente desde el grifo del lavabo, como si le hablara telepáticamente y le recordara lo sediento que estaba, y el hombre puso toda su pasión en llegar hasta ella. Haciendo acopio de toda su fuerza intentó mover un brazo y despegarlo de sus piernas.
El esfuerzo no fue todavía suficiente y comenzó a sentirse el hombre más inútil del mundo. Estaba demasiado mimado. Nunca había hecho nada por él porque consideraba que eso formaba parte del trabajo de su madre, mujer que había dedicado por entero su vida a la estrella del piano desde antes incluso de que quedara viuda con sólo treinta años. Así había sido educado y así creía que era la vida.
La inutilidad de la que se sentía presa le hizo rememorar, aún acurrucado y abrazado a sus piernas inmóviles, tiempos pasados en los que su madre había hecho todo cuanto había podido por librarle de la fealdad del mundo exterior.
De ese modo había convertido a su hijo en una fantasía del mismo modo en que le había despojado incluso de su virilidad y de su fuerza vital. Jamás le había permitido que se estropeara sus largos dedos de pianista y para ello había hecho cuanto estaba a su alcance para que su hijo utilizara sus manos lo menos posible.
Él había nacido para crear música. Eso decía su madre. Sus notas musicales surgían del piano volátiles, mezclándose con el viento y con las moléculas invisibles del aire, y con su música había llegado a los corazones de los seres humanos e incluso de los animales.
¿Por qué, entonces, estaba pensando que había hecho algo malo como para merecer tal ofensa?. Él era un genio. Su inmovilidad le sugirió la imposibilidad de golpear suavemente las teclas del piano y sintió como se hundía en la miseria.
¿Para qué otra cosa servía él.?
La necesidad de dejar de torturarse con el hijo inútil que había creado su madre hizo que mirara fijamente la gota azul que había en el suelo, justo enfrente de su cuerpo.
Un escalofrío mental le puso en guardia.
Eso se estaba riendo de él.
Quiso llorar al sentirse tan atrapado y antes de que se diera cuenta sus ojos comenzaron a dejar resbalar gotas azules de sus ojos.
¡Dios mío!.
Un hombre de su edad no debería llorar como un niño asustadizo pero esas lágrimas eran exactamente iguales que las gotas de sudor que se habían apoderado como una carcasa de su cuerpo y que ahora le mantenían inmóviles.
Caían pesadamente sobre sus mejillas y resbalaban hacia su pecho dejándose caer lenta y gelatinosamente hasta su estómago. Algunas de ellas se desviaban y cubrían sus brazos para llegar a sus piernas y, poco a poco, las lágrimas azules de materia desconocida llegaron a sus pies convirtiendo su cuerpo en una gruesa capa azul gelatinosa que lo envolvía completamente.
Quería dejar de llorar porque estaba empeorándolo todo sin embargo la situación era lo suficientemente terrible como para dejarse llevar por el desasosiego y la desazón.
Mamá, ¿qué me está pasando?.
Su estado febril le hizo evocar a su madre y la recordó de joven. Él tendría siete años y su madre treinta y tres. Su padre había muerto tres años antes pero había dejado un legado en el hogar y en sus vidas: su medio hermana Clara.
Recordar a Clara le hizo sentirse aún más enfermo.
Algo en su interior le decía que Clara tenía mucho que ver con aquella extraña enfermedad. Clara, y los maravillosos y vacíos ojos azules que también había heredado de su padre.
Hubiera deseado querer a Clara, amarla como a una verdadera hermana, pero su madre le había inculcado el pensamiento de que la niña no era más que un estorbo en sus vidas.
Su nombre melodioso podría haber hecho que pareciera dulce, y si se esforzaba un poco, su mente febril podía recordar que así era, pues Clara era una niña tierna y amistosa, sin embargo el poder que tenía su madre sobre él, el futuro pianista de renombre, la estrella de los conciertos de piano, hizo que el egoismo pudiera con el pensamiento infantil.
Todo hijo único deseaba tener un hermanito pero cuando llegó Clara a sus vidas tras la muerte de su padre, él sintió que su vida cambiaría a peor. Las atenciones de su madre estarían entonces repartidas y él tendría que conformarse con la mitad de su cariño.
Clara se dio cuenta de que aquello no ocurría ni a medida que pasaba el tiempo y aun así no rechistó. Era una niña en casa ajena. Ni siquiera sabía que su padre biológico estuviera casado y tuviera un hijo mayor que ella. Saber muerta a su madre la hundió en la desesperación pero su padre le había prometido que le daría otra familia, una familia maravillosa que la querría y la cuidaría eternamente.
Al menos hasta que seas mayor de edad y puedas valerte por ti misma, le había dicho él.
Clara había sonreído entonces y se había hecho ilusiones. Pero la familia nunca llegaba y su padre cada vez venía menos a verla. El colegio infantil en el que estaba interna se ocupaba de ella y de sus necesidades, pero Clara se conformaba con poco.
Un día, en cambio, apareció un hombre que según una de sus profesoras iba trajeado y era abogado, y se hizo cargo de ella. Le ayudó a hacer su maleta y se la llevó en coche a la ciudad, donde le esperaba su nueva familia. Hacía tiempo que su padre no iba a verla y creía que la había abandonado pero aquella voz masculina prometiéndole una familia le dio un motivo para sonreir.
Clara viajó soñando con las dulces manos de su padre que, a pesar de ser camionero, las lucía como un concertista de piano. Durante el camino se preguntó adónde viviría y con quién y, sobre todo, por qué no había venido su padre a recogerla. Pero no se atrevió a hacer ninguna pregunta.
El abogado condujo a la niña hasta su nuevo hogar y allí habló con una mujer de treinta años. Clara pudo notar en el tono de su voz que estaba dolida y confusa. Pero no sabía por qué. ¿Y dónde estaba su padre?.
Cuando el hombre se fue un niño le sonrió, pero Clara no le vio.
- ¡Es ciega!. -Exclamó el niño.
- Lo que faltaba. -Murmuró la mujer.
El hombre recordó a su madre tres años después, bella y solícita, acariciando sus cabellos y contándole bonitas historias sobre su futuro. Él se había decantado por la música a los cuatro años y ya llevaba tres y medio asistiendo a clases particulares. Clara tenía entonces seis y no iba a la escuela. Su madre decía que mientras nadie lo supiera no habría motivos de alarma. Para ello, llevaban ya tres años permitiéndole a Clara salir de la casa los fines de semana para que la vieran los vecinos pero durante el resto de la semana permanecía encerrada con la orden de no hacer ruido ni molestar. Clara se había convertido en un mueble de lunes a viernes y en una huérfana recogida por la bella viuda de sábado a domingo.
Clara se acostumbró a permanecer inmóvil en una silla y a dedicar su tiempo a pensar en lo que había perdido. Nadie hablaba apenas con ella y la falta de afecto la debilitó más que si no hubiera comido en una semana o estuviera necesitada de vitaminas.
El niño se dejaba mimar por su madre y apenas le dirigía la palabra a su medio hermana. Además, a su madre no le gustaba demasiado recordar que su marido le había sido infiel, por lo tanto, la pequeña Clara no era sino la prueba de su infidelidad y un tormento para la mujer.
Tras una semana en la casa de aquella mujer y el chico, Clara se había atrevido a preguntar dónde estaba su padre, y entonces una voz cínica le informó de que estaba bajo tierra.
En el lavabo, el hombre rememoraba momentos dulces con su madre, pero de vez en cuando, sin quererlo, venían a su mente imágenes de Clara.
Clara sentada, inmóvil, con la mirada perdida al frente y apenas viva. Sin una débil sonrisa que anunciara que era feliz.
En el tiempo en que el hombre fue niño jamás pensó que Clara no pudiera ser feliz. La niña tenía una casa, comida y televisión para entretenerse. ¡Ah, claro! Cuando no había nadie en la casa y ella se quedaba sola no podía encender la televisión por si llamaba la atención, pero el resto del tiempo.... Además, Clara no tenía nada más ¿no?. Debía estar agradecida de que su madre no se hubiese deshecho de ella.
O al menos eso pensaba mientras fue niño.
Ahora se sentía un miserable.
¿Tenía Clara algo que ver con lo que le estaba sucediendo?
¿Era posible que Clara hubiese vuelto para vengarse?
¡Qué estupidez! En aquella casa comprada con sus ganancias sólo vivían él y su madre, su afectiva y devota madre. Aún era bella y mantenía su porte altivo y orgulloso. Le acompañaba a todos los conciertos y siempre, siempre, le besaba en las mejillas y le decía aquello de eres el mejor que tanta fuerza y valor en sí mismo aportaba al hombre.
Jamás se había parado a pensar que aún estuviese soltero por culpa de su madre, entre otras cosas porque ambos pensaban igual.
La soltería, recorriendo imágenes fugaces en su mente, le hicieron recordar que ya tenía treinta y tres años, la edad que tenía su madre cuando murió Clara.
Su garganta estaba extremadamente seca y sólo la extraña sensación de humedad que recorría su cuerpo le hacía sentirse mejor. Alargó la lengua para recoger sus azules lágrimas y se introdujo una ínfima parte de aquel extraño material gelatinoso en su garganta.
Un extraño frescor bajando por su garganta le produjo ánimo y decidió que tenía que volver a intentar mover su cuerpo.
Con toda la fuerza de que era capaz empujó sus brazos hacia el aire y más gotas de sudor cubrieron su cuerpo y perlaron su frente. Sin embargo lo consiguió.
Al sentirse libre hizo otro ardoroso esfuerzo por erguirse y levantarse y, como gelatina dura, sus piernas se estiraron.
Anduvo unos pasos hasta el espejo y se miró.
No sabía definir cómo se sentía. Una mezcla de sentimientos rugían en su cerebro y en su propia alma. Estaba confuso. Sabía que estaba enfadado e irritado pero también se sabía feliz y libre.
Entonces, ¿qué hizo que se preguntase por qué odiaba tanto el color de sus ojos?
Su mirada, inyectada en sangre, se postró sobre el espejo y lo atravesó. Quería ver a través de él. Ni siquiera dedicó un minuto de su tiempo a desembarazarse de aquella carcasa azul que lo envolvía desde hacía... ¿cuánto tiempo?.
Los músculos de su garganta se tensaron.
Los músculos de sus manos y sus piernas se tensaron.
Miró sus ojos sin papadear. Eran los ojos de su padre, los ojos de Clara.
- Os odio. -Logró articular.
La mujer se levantó y, al mirar el reloj despertador y comprobar que se había dormido, saltó de la cama y salió rápidamente de su habitación. Ni siquiera se puso el salto de cama que su hijo le había comprado en Viena tras un concierto multitudinario que le aportó más fama y beneficios económicos.
Corrió descalza hasta la cocina y se preguntó si no sería mejor despertar a su hijo primero. El desayuno lo haría mientras el chico se duchaba y se vestía.
Caminó por el pasillo hasta la habitación del hombre y entreabrió la puerta. La cama estaba deshecha. Dio unos pasos hacia el interior y se acercó hasta el lavabo.
La puerta del cuarto de baño estaba entreabierta y no se oían ruidos del interior. Si no se estaba duchando ¿dónde estaba?.
- ¿Cariño?. -Llamó.
Al no obtener respuesta se acercó más y tocó con los nudillos en la puerta. Finalmente, tras una espera sin contestación, decidió entrar.
Cuando vio el cuerpo semi desnudo de su hijo tirado en el suelo de gres que habían elegido juntos cuando decidieron cambiar de piso, le dio una pequeña taquicardia.
El hijo estaba tumbado de espaldas a ella.
Se tiró hacia él con la mirada desorbitada.
En su locura, sus ojos no vieron la sangre hasta que le dio la vuelta al cadáver.
Un estremecimiento recorrió su cuerpo y su corazón galopó con prisa, con demasiada prisa.
- Levántate, ¿me oyes?.
La mujer veía las cuencas vacías de los ojos de su hijo pero se negaba a admitirlo. La sangre había emanado de ellas y ahora no había sino una masa sanguinolenta de carne.
Se puso una mano en el corazón y le gritó mentalmente que parase aquella loca velocidad porque no iba a ser capaz de soportar un ataque al corazón y ayudar a su hijo a vestirse y a acompañarlo al concierto a un mismo tiempo.
Por un momento creyó morir sin embargo su fuerza era superior de lo que imaginaba. Era una mujer luchadora, por eso, precisamente por eso, había conseguido que su hijo llegase tan lejos.
No miró las manos ensangrentadas de su hijo que aferraban fuertemente los ojos azules que un día la habían mirado con amor y gratitud.
Se desesperó mirando a un lado y otro del cuarto de baño, pensando qué podía hacer para llegar a tiempo al concierto con su hijo en buenas condiciones.
Entonces, en mitad de su locura, vio una imagen en el espejo y un vuelco al corazón la sobresaltó.
- Clara.
En el espejo, una imagen antigua, cuando ella tenía treinta y tres años y Clara no era más que una cría. Un estorbo, había pensado.
La niña yacía en el suelo del cuarto de baño de la casa antigua, con las cuencas de sus ojos ciegos vacías. Inerte tras un derrame incontrolado, como su hijo.
La mujer lloró a su pesar.
No había querido recordar aquello sin embargo alguien le había puesto esa imagen en el espejo y la lucidez le advirtió de lo que le había ocurrido a su hijo.
El hijo estaba muerto, desangrado. Pero antes se había quitado los ojos, como Clara.
Lágrimas verdes recorrieron sus mejillas pálidas y su mente febril se preguntó por qué aquellas gotas tenían el mismo color de sus ojos. Verde como los bosques, verde como el césped, verde como sus propios ojos.
Y gelatinosos.
Un incómodo malestar le arrebató la comodidad de su descanso y se levantó, casi furioso, de la cama.
Entró en el cuarto de baño para mirar el supuesto maldito grano que había llegado tarde.
- ¿Qué...?
No podía dar crédito a sus ojos. Lo que veía tenía la apariencia física de una gota. Una gota azul. Sus pupilas se dilataron mientras se miraba de frente en el espejo. Sus ojos tenían el mismo color que aquel diamante de materia desconocida que había nacido, sin previo aviso, en el centro de su frente. Parecía un tercer ojo pero... ¿de dónde había salido?
Sus largos dedos volvieron a posarse sobre la gota azul y sus yemas se deslizaron sobre ella. Rememoró la gelatina tras palpar el bultito y se dijo que aquello era muy raro. Tenía la apariencia de un diamante pero el tacto le demostraba que era una sustancia blanda. Se lavó la cara e intentó despegar al intruso que había en su frente, pero ni siquiera frotando una áspera toalla que en su día fue de suave rizo americano consiguió despegarlo o desintegrarlo. Volvió a probar con jabón pero éste solo consiguió que fuera más difícil localizarlo.
Se dio pronto por vencido y volvió a tirarse en la cama. Su cuerpo pedía cinco minutos más de sueño y no pudo evitar quedarse dormido. Cuando había despertado, justo antes de tocar aquel bultito azul, había pensado que no necesitaba más descanso porque se sentía fresco y lleno de energías. Sin embargo aquella cosa extraña que se había apoderado de su frente provocando un golpe a su vanidad le había sentado como una patada en el estómago. El concierto era importante, pero su imagen también.
El sol aún no había salido y el concierto quedaba aún muy lejos. Además, para eso estaba su madre que, atenta y predispuesta a mimar a su exitoso hijo, le despertaría suave y amablemente con una bandeja que portaría un suculento desayuno.
Soñó con su actuación y disfrutó de aplausos eufóricos. Y volvió a despertar aun antes de que su madre apareciera por su habitación.
Instintivamente se llevó la mano a la frente y arrugó el ceño. ¿Dónde estaba aquella gota azul que, juraría, apenas diez minutos antes había tocado con sus dedos y visto con sus propios ojos en el espejo del cuarto de baño?. Sin levantarse aún de la cama, supuso que habría sido un sueño y que nunca se había levantado con aquella curiosidad.
Miró el reloj. Eran las siete y cuarto de la mañana. Faltaba aún más de media hora para que su madre acudiera a él con su desayuno. Decidió, dado que estaba algo excitado y bastante despierto, levantarse y prepararse él mismo su zumo de naranja y su café con leche. Incluso podría hacerse unas tostadas. No estaba de más quitarle algún cargo a su madre y ser él quien la mimara a ella. Tener un hijo famoso era un orgullo para la madre pero seguramente le alegraría más que el concertista fuera capaz de hacer algo más que teclear el piano con gracia y agilidad. Aunque tampoco estaba tan seguro... Pero daba igual. Aquella energía tenía que aprovecharla, le gustara o no a su madre que sus dedos cogieran un cuchillo y untaran mantequilla en unas tostadas. Decidido. No la despertaría y se encargaría él mismo de prepararse algo.
Penetró en el cuarto de baño y se miró al espejo. Sus ojos azules recorrieron su rostro y observaron detenidamente su frente. Allí no había nada. Lo había soñado. Le pareció increíble que el sueño hubiese sido tan real pero no ocupó su bendito cerebro creador de fantásticas piezas en darle más vueltas a aquello.
Sentado en el retrete y pensando qué traje utilizaría en el concierto su mirada se posó vagamente sobre el suelo de gres del lavabo. Un destelleante reflejo llamó su atención y parpadeó varias veces.
¿Qué estaba viendo?
En el suelo, cerca de sus pies, donde se había posado su mirada estaba aquella extraña gotita azul que le recordaba al mar y a sus propios ojos. Se acercó a ella y la escrutó con la mirada.
Un destello del diamante de gelatina le hizo retroceder y sentir un escalofrío en su espina dorsal. No obstante continuó allí observando la gotita que un rato antes había estado pegada a su frente.
- No me gusta. -Murmuró para sí.
No era un día frío, al contrario, el boletín meteorológico del día anterior había anunciado que habría subidas importantes de temperatura en Levante y a esas horas ya debería notarse la calidez del verano si no el calor sofocante del sol. El hombre sintió otro escalofrío y se abrazó a sí mismo.
Antes de que se diera cuenta, mientras sus ojos intentaban penetrar en el misterio de aquella gota azul que yacía sobre el suelo de gres, una invasión de escalofríos se había apoderado de su cuerpo, de sus músculos, de sus huesos...
Aún en el lavabo, con los pies clavados en el suelo, un malestar ignoto se hizo con el poder de su cuerpo y de su mente. Se sentía febril y tiritaba continuamente. ¿Enfermo justo antes de empezar el concierto? ¡Eso era imposible! ¡Terrible!.
Intentó despegar sus pies descalzos del gres pero algo se lo impedía. El malestar general se estaba acentuando y el hombre comenzó a sudar. Sus ojos iban y venían e inconscientemente parecían despedirse de la vida dejándole en ocasiones sólo una mancha blanca en sus cuencas frías. Le palpitaban las sienes.
El sudor comenzó a humedecer su cuerpo que fue objeto de extraños espasmos. Su mente pensaba en lo que le estaba sucendiendo y el terror se apoderaba de su cerebro.
¿Qué me está pasando?
Sus piernas perdieron fuerza y se doblaron lenta y esforzadamente hasta quedar acurrucado en el suelo del cuarto de baño.
Abrazándose a sus piernas intentó tratar de controlar aquella extraña enfermedad de la cual desconocía el nombre y sus ojos volvieron a bajar a su posición normal.
Un sonido gutural salió de su garganta al descubrirse rodeado de gotas de sudor azules, azules como el mar, azules como la gota con la que había amanecido en su frente, azules como sus propios ojos. El azul que había heredado de su padre.
Observó temeroso e incapaz de moverse cómo sus gotas de sudor azules se estiraban, se dejaban caer, se multiplicaban, se hacían cada vez más largas...
Y gelatinosas.
Sintió un nudo en la garganta y algo parecido a una bola de pelos de gato que le urgió a beber agua para no morirse atragantado o asfixiado. El miedo a morir fue más fuerte que el terror a lo que le estaba sucediendo e intentó controlarse, pero sus cuerdas vocales no le obedecían y su grito de auxilio quedó vacío en su cerebro.
Intentó movilizar su cuerpo pero parecía hecho de roca inerte. Sólo sus pupilas se empequeñecían y se agrandaban dentro de unos ojos que parecían bailar una danza lúgubre y enfermiza.
El frío lo tenía aterido y la inmovilidad, asustado.
Su mente, a pesar del miedo descontrolado, era lo único que parecía funcionar correctamente, aunque a veces tenía la sensación de estar delirando.
Intentó serenarse a pesar del manto azul y pegajoso que le estaba envolviendo y que iba cubriendo cada vez más su cuerpo.
Quería levantar la cabeza y mirar al techo para que sus ojos no fueran testigos de aquella extraña experiencia que parecía querer llevarle a la locura.
¡Dios misericordioso! ¿Qué he hecho yo para que me ocurra algo tan horrible?.
En su búsqueda por el control y la serenidad, cerró los párpados y agradeció a Dios que estos obedecieran sus órdenes mentales. Consiguió mantener los ojos cerrados y así dejar de sufrir una visión tan odiosa y terrible.
Notaba un frío inusual, ni seco ni húmedo, en sus piernas, en sus brazos, en sus pies y en sus manos. El frío se había apoderado de su estómago y de su espalda, de su pecho y de su garganta... Curiosamente, haciendo balance y analizando aquella situación, se percató de que su cabeza era la única que permanecía aislada del frío.
¡El cerebro!.
El cerebro puede con esa maldita cosa. El calor, la energía del cerebro, es poder.
Hizo un esfuerzo supremo por controlar algo más que su cerebro. Sus músculos estaban tensos, parecían cables de alta tensión, duros y fuertes, inamovibles.
Lanzó mensajes de lucha a su masa gris esperando solucionar así parte del problema y recurrió a todo su poder de concentración para ganar la batalla que estaba lidiando con aquella enfermedad azul.
Inconscientemente, no se le había ocurrido que aquello pudiera no ser una enfermedad. Él se había dedicado a la música, a la belleza de los sonidos que ágilmente creaban sus dedos sobre las teclas del piano. Jamás había estado convalenciente a menos que fuera un resfriado lo que le había mantenido con apenas unas décimas de más de fiebre, pero hasta eso había podido solucionarlo con un simple analgésico.
El hombre que permanecía acurrucado en el suelo del cuarto de baño rodeado de un manto azul cada vez más espeso que surgía con cada gota de sudor provocado por el delirio febril, un cúmulo de gotas gelatinosas azules que sólo dejaba libre su cabeza, nunca había estudiado Medicina. Jamás había leído un artículo, un libro o un reportaje sobre Medicina. Era un inculto en ese sentido. La música era su vida.
Y no sabía que su poder, la posibilidad de luchar contra aquella gota azul, estaba en recordar por qué había ido en su busca. ¿Qué podía haber pasado para que le hubiera elegido a él.? La respuesta era su única salvación pero él, no sólo no la tenía, sino que no le preocupaba llegar hasta ella porque estaba enfrascado en su propio miedo y en su ignorancia acerca de las enfermedades humanas. Además, aún tenía una prueba que superar de la que él no era todavía consciente y, llegado el momento, quizá no pudiera con ella.
Mentalmente pidió varias veces auxilio a una madre que aún permanecía acostada soñando con su difunto marido, feliz de rememorarlo como ella deseaba aunque fuese en sueños.
La ineficacia de sus peticiones mentales le hizo sentirse aún más débil y tuvo que pasar unos minutos de abandono para que se diera cuenta que él era el único que podía vencer ese mal.
Volvió a recurrir a su esfuerzo mental, pero esta vez no para avisar a su madre de que algo fatídico estaba sucediendo a su hijo, sino para movilizar su cuerpo y luchar contra la masa de gotas gelatinosas azules que le recordaban demasiado al azul de sus ojos.
En un esfuerzo supremo, un nuevo sonido gutural salió de su garganta. Pero no fue lo suficientemente subido de tono como para llamar la atención de su amorosa madre.
El agua le llamaba subliminalmente desde el grifo del lavabo, como si le hablara telepáticamente y le recordara lo sediento que estaba, y el hombre puso toda su pasión en llegar hasta ella. Haciendo acopio de toda su fuerza intentó mover un brazo y despegarlo de sus piernas.
El esfuerzo no fue todavía suficiente y comenzó a sentirse el hombre más inútil del mundo. Estaba demasiado mimado. Nunca había hecho nada por él porque consideraba que eso formaba parte del trabajo de su madre, mujer que había dedicado por entero su vida a la estrella del piano desde antes incluso de que quedara viuda con sólo treinta años. Así había sido educado y así creía que era la vida.
La inutilidad de la que se sentía presa le hizo rememorar, aún acurrucado y abrazado a sus piernas inmóviles, tiempos pasados en los que su madre había hecho todo cuanto había podido por librarle de la fealdad del mundo exterior.
De ese modo había convertido a su hijo en una fantasía del mismo modo en que le había despojado incluso de su virilidad y de su fuerza vital. Jamás le había permitido que se estropeara sus largos dedos de pianista y para ello había hecho cuanto estaba a su alcance para que su hijo utilizara sus manos lo menos posible.
Él había nacido para crear música. Eso decía su madre. Sus notas musicales surgían del piano volátiles, mezclándose con el viento y con las moléculas invisibles del aire, y con su música había llegado a los corazones de los seres humanos e incluso de los animales.
¿Por qué, entonces, estaba pensando que había hecho algo malo como para merecer tal ofensa?. Él era un genio. Su inmovilidad le sugirió la imposibilidad de golpear suavemente las teclas del piano y sintió como se hundía en la miseria.
¿Para qué otra cosa servía él.?
La necesidad de dejar de torturarse con el hijo inútil que había creado su madre hizo que mirara fijamente la gota azul que había en el suelo, justo enfrente de su cuerpo.
Un escalofrío mental le puso en guardia.
Eso se estaba riendo de él.
Quiso llorar al sentirse tan atrapado y antes de que se diera cuenta sus ojos comenzaron a dejar resbalar gotas azules de sus ojos.
¡Dios mío!.
Un hombre de su edad no debería llorar como un niño asustadizo pero esas lágrimas eran exactamente iguales que las gotas de sudor que se habían apoderado como una carcasa de su cuerpo y que ahora le mantenían inmóviles.
Caían pesadamente sobre sus mejillas y resbalaban hacia su pecho dejándose caer lenta y gelatinosamente hasta su estómago. Algunas de ellas se desviaban y cubrían sus brazos para llegar a sus piernas y, poco a poco, las lágrimas azules de materia desconocida llegaron a sus pies convirtiendo su cuerpo en una gruesa capa azul gelatinosa que lo envolvía completamente.
Quería dejar de llorar porque estaba empeorándolo todo sin embargo la situación era lo suficientemente terrible como para dejarse llevar por el desasosiego y la desazón.
Mamá, ¿qué me está pasando?.
Su estado febril le hizo evocar a su madre y la recordó de joven. Él tendría siete años y su madre treinta y tres. Su padre había muerto tres años antes pero había dejado un legado en el hogar y en sus vidas: su medio hermana Clara.
Recordar a Clara le hizo sentirse aún más enfermo.
Algo en su interior le decía que Clara tenía mucho que ver con aquella extraña enfermedad. Clara, y los maravillosos y vacíos ojos azules que también había heredado de su padre.
Hubiera deseado querer a Clara, amarla como a una verdadera hermana, pero su madre le había inculcado el pensamiento de que la niña no era más que un estorbo en sus vidas.
Su nombre melodioso podría haber hecho que pareciera dulce, y si se esforzaba un poco, su mente febril podía recordar que así era, pues Clara era una niña tierna y amistosa, sin embargo el poder que tenía su madre sobre él, el futuro pianista de renombre, la estrella de los conciertos de piano, hizo que el egoismo pudiera con el pensamiento infantil.
Todo hijo único deseaba tener un hermanito pero cuando llegó Clara a sus vidas tras la muerte de su padre, él sintió que su vida cambiaría a peor. Las atenciones de su madre estarían entonces repartidas y él tendría que conformarse con la mitad de su cariño.
Clara se dio cuenta de que aquello no ocurría ni a medida que pasaba el tiempo y aun así no rechistó. Era una niña en casa ajena. Ni siquiera sabía que su padre biológico estuviera casado y tuviera un hijo mayor que ella. Saber muerta a su madre la hundió en la desesperación pero su padre le había prometido que le daría otra familia, una familia maravillosa que la querría y la cuidaría eternamente.
Al menos hasta que seas mayor de edad y puedas valerte por ti misma, le había dicho él.
Clara había sonreído entonces y se había hecho ilusiones. Pero la familia nunca llegaba y su padre cada vez venía menos a verla. El colegio infantil en el que estaba interna se ocupaba de ella y de sus necesidades, pero Clara se conformaba con poco.
Un día, en cambio, apareció un hombre que según una de sus profesoras iba trajeado y era abogado, y se hizo cargo de ella. Le ayudó a hacer su maleta y se la llevó en coche a la ciudad, donde le esperaba su nueva familia. Hacía tiempo que su padre no iba a verla y creía que la había abandonado pero aquella voz masculina prometiéndole una familia le dio un motivo para sonreir.
Clara viajó soñando con las dulces manos de su padre que, a pesar de ser camionero, las lucía como un concertista de piano. Durante el camino se preguntó adónde viviría y con quién y, sobre todo, por qué no había venido su padre a recogerla. Pero no se atrevió a hacer ninguna pregunta.
El abogado condujo a la niña hasta su nuevo hogar y allí habló con una mujer de treinta años. Clara pudo notar en el tono de su voz que estaba dolida y confusa. Pero no sabía por qué. ¿Y dónde estaba su padre?.
Cuando el hombre se fue un niño le sonrió, pero Clara no le vio.
- ¡Es ciega!. -Exclamó el niño.
- Lo que faltaba. -Murmuró la mujer.
El hombre recordó a su madre tres años después, bella y solícita, acariciando sus cabellos y contándole bonitas historias sobre su futuro. Él se había decantado por la música a los cuatro años y ya llevaba tres y medio asistiendo a clases particulares. Clara tenía entonces seis y no iba a la escuela. Su madre decía que mientras nadie lo supiera no habría motivos de alarma. Para ello, llevaban ya tres años permitiéndole a Clara salir de la casa los fines de semana para que la vieran los vecinos pero durante el resto de la semana permanecía encerrada con la orden de no hacer ruido ni molestar. Clara se había convertido en un mueble de lunes a viernes y en una huérfana recogida por la bella viuda de sábado a domingo.
Clara se acostumbró a permanecer inmóvil en una silla y a dedicar su tiempo a pensar en lo que había perdido. Nadie hablaba apenas con ella y la falta de afecto la debilitó más que si no hubiera comido en una semana o estuviera necesitada de vitaminas.
El niño se dejaba mimar por su madre y apenas le dirigía la palabra a su medio hermana. Además, a su madre no le gustaba demasiado recordar que su marido le había sido infiel, por lo tanto, la pequeña Clara no era sino la prueba de su infidelidad y un tormento para la mujer.
Tras una semana en la casa de aquella mujer y el chico, Clara se había atrevido a preguntar dónde estaba su padre, y entonces una voz cínica le informó de que estaba bajo tierra.
En el lavabo, el hombre rememoraba momentos dulces con su madre, pero de vez en cuando, sin quererlo, venían a su mente imágenes de Clara.
Clara sentada, inmóvil, con la mirada perdida al frente y apenas viva. Sin una débil sonrisa que anunciara que era feliz.
En el tiempo en que el hombre fue niño jamás pensó que Clara no pudiera ser feliz. La niña tenía una casa, comida y televisión para entretenerse. ¡Ah, claro! Cuando no había nadie en la casa y ella se quedaba sola no podía encender la televisión por si llamaba la atención, pero el resto del tiempo.... Además, Clara no tenía nada más ¿no?. Debía estar agradecida de que su madre no se hubiese deshecho de ella.
O al menos eso pensaba mientras fue niño.
Ahora se sentía un miserable.
¿Tenía Clara algo que ver con lo que le estaba sucediendo?
¿Era posible que Clara hubiese vuelto para vengarse?
¡Qué estupidez! En aquella casa comprada con sus ganancias sólo vivían él y su madre, su afectiva y devota madre. Aún era bella y mantenía su porte altivo y orgulloso. Le acompañaba a todos los conciertos y siempre, siempre, le besaba en las mejillas y le decía aquello de eres el mejor que tanta fuerza y valor en sí mismo aportaba al hombre.
Jamás se había parado a pensar que aún estuviese soltero por culpa de su madre, entre otras cosas porque ambos pensaban igual.
La soltería, recorriendo imágenes fugaces en su mente, le hicieron recordar que ya tenía treinta y tres años, la edad que tenía su madre cuando murió Clara.
Su garganta estaba extremadamente seca y sólo la extraña sensación de humedad que recorría su cuerpo le hacía sentirse mejor. Alargó la lengua para recoger sus azules lágrimas y se introdujo una ínfima parte de aquel extraño material gelatinoso en su garganta.
Un extraño frescor bajando por su garganta le produjo ánimo y decidió que tenía que volver a intentar mover su cuerpo.
Con toda la fuerza de que era capaz empujó sus brazos hacia el aire y más gotas de sudor cubrieron su cuerpo y perlaron su frente. Sin embargo lo consiguió.
Al sentirse libre hizo otro ardoroso esfuerzo por erguirse y levantarse y, como gelatina dura, sus piernas se estiraron.
Anduvo unos pasos hasta el espejo y se miró.
No sabía definir cómo se sentía. Una mezcla de sentimientos rugían en su cerebro y en su propia alma. Estaba confuso. Sabía que estaba enfadado e irritado pero también se sabía feliz y libre.
Entonces, ¿qué hizo que se preguntase por qué odiaba tanto el color de sus ojos?
Su mirada, inyectada en sangre, se postró sobre el espejo y lo atravesó. Quería ver a través de él. Ni siquiera dedicó un minuto de su tiempo a desembarazarse de aquella carcasa azul que lo envolvía desde hacía... ¿cuánto tiempo?.
Los músculos de su garganta se tensaron.
Los músculos de sus manos y sus piernas se tensaron.
Miró sus ojos sin papadear. Eran los ojos de su padre, los ojos de Clara.
- Os odio. -Logró articular.
La mujer se levantó y, al mirar el reloj despertador y comprobar que se había dormido, saltó de la cama y salió rápidamente de su habitación. Ni siquiera se puso el salto de cama que su hijo le había comprado en Viena tras un concierto multitudinario que le aportó más fama y beneficios económicos.
Corrió descalza hasta la cocina y se preguntó si no sería mejor despertar a su hijo primero. El desayuno lo haría mientras el chico se duchaba y se vestía.
Caminó por el pasillo hasta la habitación del hombre y entreabrió la puerta. La cama estaba deshecha. Dio unos pasos hacia el interior y se acercó hasta el lavabo.
La puerta del cuarto de baño estaba entreabierta y no se oían ruidos del interior. Si no se estaba duchando ¿dónde estaba?.
- ¿Cariño?. -Llamó.
Al no obtener respuesta se acercó más y tocó con los nudillos en la puerta. Finalmente, tras una espera sin contestación, decidió entrar.
Cuando vio el cuerpo semi desnudo de su hijo tirado en el suelo de gres que habían elegido juntos cuando decidieron cambiar de piso, le dio una pequeña taquicardia.
El hijo estaba tumbado de espaldas a ella.
Se tiró hacia él con la mirada desorbitada.
En su locura, sus ojos no vieron la sangre hasta que le dio la vuelta al cadáver.
Un estremecimiento recorrió su cuerpo y su corazón galopó con prisa, con demasiada prisa.
- Levántate, ¿me oyes?.
La mujer veía las cuencas vacías de los ojos de su hijo pero se negaba a admitirlo. La sangre había emanado de ellas y ahora no había sino una masa sanguinolenta de carne.
Se puso una mano en el corazón y le gritó mentalmente que parase aquella loca velocidad porque no iba a ser capaz de soportar un ataque al corazón y ayudar a su hijo a vestirse y a acompañarlo al concierto a un mismo tiempo.
Por un momento creyó morir sin embargo su fuerza era superior de lo que imaginaba. Era una mujer luchadora, por eso, precisamente por eso, había conseguido que su hijo llegase tan lejos.
No miró las manos ensangrentadas de su hijo que aferraban fuertemente los ojos azules que un día la habían mirado con amor y gratitud.
Se desesperó mirando a un lado y otro del cuarto de baño, pensando qué podía hacer para llegar a tiempo al concierto con su hijo en buenas condiciones.
Entonces, en mitad de su locura, vio una imagen en el espejo y un vuelco al corazón la sobresaltó.
- Clara.
En el espejo, una imagen antigua, cuando ella tenía treinta y tres años y Clara no era más que una cría. Un estorbo, había pensado.
La niña yacía en el suelo del cuarto de baño de la casa antigua, con las cuencas de sus ojos ciegos vacías. Inerte tras un derrame incontrolado, como su hijo.
La mujer lloró a su pesar.
No había querido recordar aquello sin embargo alguien le había puesto esa imagen en el espejo y la lucidez le advirtió de lo que le había ocurrido a su hijo.
El hijo estaba muerto, desangrado. Pero antes se había quitado los ojos, como Clara.
Lágrimas verdes recorrieron sus mejillas pálidas y su mente febril se preguntó por qué aquellas gotas tenían el mismo color de sus ojos. Verde como los bosques, verde como el césped, verde como sus propios ojos.
Y gelatinosos.
CUENTOS VICTORIANOS PARA LOS NIÑOS
Los victorianos tenían la costumbre de leer en voz alta cada noche un capítulo de un libro a sus hijos. Ello explica, entre otras cosas, por qué la cultura anglosajona ha producido algunos de los más brillantes ejemplos de literatura infantil; libros que han educado a generaciones de pequeños lectores en el aprecio por la novela y la poesía, que han hecho soñar a muchas mentes infantiles y que han inspirado numerosas obras cinematográficas y de animación.
Paradójicamente, el éxito masivo en las pantallas de las adaptaciones de obras infantiles clásicas ha relegado en algunos países a un lugar secundario a los libros que les dieron origen. ¿Recuerda la última que vez que se sentó a leer a sus hijos algo más que un cuento de cinco páginas? Aquí tiene diez clásicos para redescubrir capítulo a capítulo el placer de la lectura compartida.
1. El viento en los sauces (Kenneth Grahame). El pequeño Alistair, hijo del autor, eligió a los cuatro años los animales que protagonizan esta deliciosa novela repleta de humor y poesía. Publicada en 1908, Grahame compuso el libro para su hijo y gracias al éxito que logró se retiró a vivir al campo. 'Pocas veces se ha retratado tan bien la amistad como en esta historia, algo que subraya C. S. Lewis en su ensayo Los cuatro amores', señala Luis Daniel Rodríguez, crítico especializado en literatura infantil y juvenil. Protagonizada por un Sapo, una Rata, un Topo y un Tejón, el argumento de El viento en los sauces es sencillo, pero su encanto reside en el lirismo y la chispa de sus diálogos, llenos de humor, ironía y lecciones sobre valores como la cortesía, la lealtad y la amistad. 'La independencia está muy bien' -le dice, por ejemplo, el Tejón a su amigo el Sapo- 'pero nosotros los animales no permitimos que nuestros amigos hagan el ridículo más allá de ciertos límites y tú has llegado a ese límite'.
2. Jardín de versos para niños (Robert Louis Stevenson). Publicado en 1895, los poemas y las canciones del Jardín de Versos para niños han sido memorizados por varias generaciones de lectores. Stevenson, que dedicó el libro a su antigua niñera, plasmó su universo infantil en estos 64 poemas. Enfermedades de la infancia -El país de la colcha-, juegos, fantasías, animales y paisajes desfilan por las páginas del libro, todo un manual para enseñar a los más pequeños la musicalidad de la poesía.
3. Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll). 'Nunca imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido ser si les hubiera parecido que no fueses lo que eres' le dice la Duquesa a una aturdida Alicia. La brillante y absurda lógica que agita los dos relatos de Carroll -Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo- seduce desde la primera línea. Considerados la cumbre del subgénero inglés del nonsense, suponen el inicio de la literatura infantil moderna. Diácono anglicano y profesor de Matemáticas de Oxford, Carroll dedicó el primer libro a la pequeña Alice Liddell, hija del decano de su universidad. Sin embargo, sus inteligentes y disparatados diálogos hacen de él mucho más que un libro infantil. 'La genialidad de Carroll para los juegos de palabras, lógicos y psicológicos, con un uso sobresaliente del monólogo interior, ha hecho que se le considere un predecesor de Kafka o Joyce, y que Alicia haya desbordado su inicial clasificación como cuento infantil', explica Luis Daniel Rodríguez.
4. El jardín secreto (Frances H. Burnett). La pequeña y malcriada Mary Lennox, educada en la India, irrumpe en la vida de su enfermizo primo Colin. El descubrimiento de un misterioso y romántico jardín abandonado y la bondad de las personas que les rodean cambiarán la vida de los niños. 'Éste es un libro que gusta mucho porque plantea secretos familiares, habla de la importancia de la amistad y del poder curativo de la naturaleza, tiene un final feliz y, sobre todo, unos personajes niños encantadores', apunta Rodríguez.
Fue el propio Henry James el que aconsejó a Frances Hodgson Burnett la posibilidad de dedicarse a la literatura infantil. 'Sólo muy de vez en cuando se puede estar seguro de que se va a vivir para siempre jamás, y ésa es una de las curiosidades de la vida. A veces sucede cuando uno se levanta al amanecer, ese momento de meliflua solemnidad, y se sale al jardín y se queda uno allí quieto y solo', se puede leer en El jardín secreto.
5. Peter Pan y wendy (J. M. Barrie). Todo el mundo conoce la historia de Peter Pan, pero no todo el mundo ha leído la deliciosa novela que contiene esa historia. Las aventuras del niño que no quiso crecer y Wendy, John y Michael en el País de Nunca Jamás han encandilado a generaciones y traspasado con creces las fronteras de la literatura anglosajona. Publicada en 1911, la historia creada por J. M. Barrie se ha convertido en un símbolo de la nostalgia de la niñez, los contradictorios deseos infantiles de aventura y seguridad y el inexorable paso del tiempo, con un lenguaje poético e irónico. 'A lo único que piensan los niños que tienen derecho cuando se le acercan a uno de buena fe es a un trato justo. Después de que uno haya sido injusto con ellos seguirán queriéndolo, pero nunca volverán a ser los mismos. Nadie supera la primera injusticia: nadie salvo Peter'. Como señala el crítico Luis Daniel Rodríguez, parte del enorme éxito de Peter Pan radica en que refleja el sueño adulto de obviar las responsabilidades.
6. Cuentos (Beatrix Potter). El cuento de Perico, el conejo travieso (The tale of Peter Rabitt) se publicó en color en 1902, a partir de una serie de dibujos realizados por Beatrix Potter en 1893 para los hijos de su antigua institutriz. Después de esa fecha, la autora publicó dos cuentos por año hasta 1910. Los relatos, protagonizados por un universo de conejos, ratones, cerditos, zorros, abejas o arañas, mezclan con maestría fantasía y realidad e incluyen unas inolvidables ilustraciones, deudoras de Bewik y Caldecott. 'Los animales humanizados se habían usado antes en las fábulas, en algunos cuentos de hadas, y en la sátira política de los periódicos, pero Potter dio un paso más al contar historias en las que los niños se pueden ver retratados. La autora era una ilustradora formidable que sabía combinar muy bien textos e imágenes', explica Rodríguez.
7. Winnie the Pooh (A. A. Milne ). El protagonismo de los relatos de Winnie de Pooh, escritos en la década de los veinte, corre a cargo de Cristopher Robin, el hijo de Milne, y de sus animales de trapo. El autor se inspiró en el niño y en el modo en que éste se relacionaba con sus juguetes. 'Yo más que inventarlos, los describí' confesaría. Como en otros clásicos infantiles, su valor literario supera la barrera de la infancia. Así, hay quien incluye algunas de sus historias entre los textos con más calidad literaria que se han escrito en lengua inglesa.
8. Mary Poppins (P. L. Travers). El almíbar que Julie Christie destila en la versión cinematográfica musical de Disney poco tiene que ver con el personaje creado por la escritora P. L. Travers en 1934, 'aunque ambas sean protagonistas de unos relatos a caballo entre los cuentos de hadas y los relatos de nonsense, en la tradición de Alicia o El maravilloso Mago de Oz', comenta Luis Daniel Rodríguez. Travers quedó tan descontenta de la adaptación al cine de su extravagante niñera que denegó los derechos para llevar a la pantalla los libros que continuaron la saga.
9. La princesa y los trasgos (George MacDonald). Amigo de Carroll -sus hijos fueron los primeros niños que leyeron el manuscrito de Alicia- George MacDonald es considerado el padre de la fantasía moderna. La princesa y los trasgos, su mejor obra, es un libro de aventuras ameno que tuvo gran importancia en la literatura fantástica posterior. 'Tolkien y C. S. Lewis no habrían escrito sus libros si no lo hubieran conocido en su infancia', señala Rodríguez. Dotada de un ritmo de novela policiaca, con cambios de escenarios y diálogos repletos de inteligencia y humor, la historia de la princesa Irene y el minero Curdie contiene sutilezas y distinciones como ésta: 'Ver no es creer' -le dice Irene al hada- 'es solamente ver'.
10. Bambi. Historia de una vida en el bosque (Felix Salten). 'El libro de Salten no debería ser ignorado a causa de la película: es excelente y trata con delicadeza y con claridad temas duros en la vida de un niño', asevera Luis Daniel Rodríguez. No hay nada de lacrimógeno en la historia de Bambi, una verdadera novela de aprendizaje, llena de fuerza y poesía y dotada de una gran calidad literaria.
Paradójicamente, el éxito masivo en las pantallas de las adaptaciones de obras infantiles clásicas ha relegado en algunos países a un lugar secundario a los libros que les dieron origen. ¿Recuerda la última que vez que se sentó a leer a sus hijos algo más que un cuento de cinco páginas? Aquí tiene diez clásicos para redescubrir capítulo a capítulo el placer de la lectura compartida.
1. El viento en los sauces (Kenneth Grahame). El pequeño Alistair, hijo del autor, eligió a los cuatro años los animales que protagonizan esta deliciosa novela repleta de humor y poesía. Publicada en 1908, Grahame compuso el libro para su hijo y gracias al éxito que logró se retiró a vivir al campo. 'Pocas veces se ha retratado tan bien la amistad como en esta historia, algo que subraya C. S. Lewis en su ensayo Los cuatro amores', señala Luis Daniel Rodríguez, crítico especializado en literatura infantil y juvenil. Protagonizada por un Sapo, una Rata, un Topo y un Tejón, el argumento de El viento en los sauces es sencillo, pero su encanto reside en el lirismo y la chispa de sus diálogos, llenos de humor, ironía y lecciones sobre valores como la cortesía, la lealtad y la amistad. 'La independencia está muy bien' -le dice, por ejemplo, el Tejón a su amigo el Sapo- 'pero nosotros los animales no permitimos que nuestros amigos hagan el ridículo más allá de ciertos límites y tú has llegado a ese límite'.
2. Jardín de versos para niños (Robert Louis Stevenson). Publicado en 1895, los poemas y las canciones del Jardín de Versos para niños han sido memorizados por varias generaciones de lectores. Stevenson, que dedicó el libro a su antigua niñera, plasmó su universo infantil en estos 64 poemas. Enfermedades de la infancia -El país de la colcha-, juegos, fantasías, animales y paisajes desfilan por las páginas del libro, todo un manual para enseñar a los más pequeños la musicalidad de la poesía.
3. Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll). 'Nunca imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido ser si les hubiera parecido que no fueses lo que eres' le dice la Duquesa a una aturdida Alicia. La brillante y absurda lógica que agita los dos relatos de Carroll -Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo- seduce desde la primera línea. Considerados la cumbre del subgénero inglés del nonsense, suponen el inicio de la literatura infantil moderna. Diácono anglicano y profesor de Matemáticas de Oxford, Carroll dedicó el primer libro a la pequeña Alice Liddell, hija del decano de su universidad. Sin embargo, sus inteligentes y disparatados diálogos hacen de él mucho más que un libro infantil. 'La genialidad de Carroll para los juegos de palabras, lógicos y psicológicos, con un uso sobresaliente del monólogo interior, ha hecho que se le considere un predecesor de Kafka o Joyce, y que Alicia haya desbordado su inicial clasificación como cuento infantil', explica Luis Daniel Rodríguez.
4. El jardín secreto (Frances H. Burnett). La pequeña y malcriada Mary Lennox, educada en la India, irrumpe en la vida de su enfermizo primo Colin. El descubrimiento de un misterioso y romántico jardín abandonado y la bondad de las personas que les rodean cambiarán la vida de los niños. 'Éste es un libro que gusta mucho porque plantea secretos familiares, habla de la importancia de la amistad y del poder curativo de la naturaleza, tiene un final feliz y, sobre todo, unos personajes niños encantadores', apunta Rodríguez.
Fue el propio Henry James el que aconsejó a Frances Hodgson Burnett la posibilidad de dedicarse a la literatura infantil. 'Sólo muy de vez en cuando se puede estar seguro de que se va a vivir para siempre jamás, y ésa es una de las curiosidades de la vida. A veces sucede cuando uno se levanta al amanecer, ese momento de meliflua solemnidad, y se sale al jardín y se queda uno allí quieto y solo', se puede leer en El jardín secreto.
5. Peter Pan y wendy (J. M. Barrie). Todo el mundo conoce la historia de Peter Pan, pero no todo el mundo ha leído la deliciosa novela que contiene esa historia. Las aventuras del niño que no quiso crecer y Wendy, John y Michael en el País de Nunca Jamás han encandilado a generaciones y traspasado con creces las fronteras de la literatura anglosajona. Publicada en 1911, la historia creada por J. M. Barrie se ha convertido en un símbolo de la nostalgia de la niñez, los contradictorios deseos infantiles de aventura y seguridad y el inexorable paso del tiempo, con un lenguaje poético e irónico. 'A lo único que piensan los niños que tienen derecho cuando se le acercan a uno de buena fe es a un trato justo. Después de que uno haya sido injusto con ellos seguirán queriéndolo, pero nunca volverán a ser los mismos. Nadie supera la primera injusticia: nadie salvo Peter'. Como señala el crítico Luis Daniel Rodríguez, parte del enorme éxito de Peter Pan radica en que refleja el sueño adulto de obviar las responsabilidades.
6. Cuentos (Beatrix Potter). El cuento de Perico, el conejo travieso (The tale of Peter Rabitt) se publicó en color en 1902, a partir de una serie de dibujos realizados por Beatrix Potter en 1893 para los hijos de su antigua institutriz. Después de esa fecha, la autora publicó dos cuentos por año hasta 1910. Los relatos, protagonizados por un universo de conejos, ratones, cerditos, zorros, abejas o arañas, mezclan con maestría fantasía y realidad e incluyen unas inolvidables ilustraciones, deudoras de Bewik y Caldecott. 'Los animales humanizados se habían usado antes en las fábulas, en algunos cuentos de hadas, y en la sátira política de los periódicos, pero Potter dio un paso más al contar historias en las que los niños se pueden ver retratados. La autora era una ilustradora formidable que sabía combinar muy bien textos e imágenes', explica Rodríguez.
7. Winnie the Pooh (A. A. Milne ). El protagonismo de los relatos de Winnie de Pooh, escritos en la década de los veinte, corre a cargo de Cristopher Robin, el hijo de Milne, y de sus animales de trapo. El autor se inspiró en el niño y en el modo en que éste se relacionaba con sus juguetes. 'Yo más que inventarlos, los describí' confesaría. Como en otros clásicos infantiles, su valor literario supera la barrera de la infancia. Así, hay quien incluye algunas de sus historias entre los textos con más calidad literaria que se han escrito en lengua inglesa.
8. Mary Poppins (P. L. Travers). El almíbar que Julie Christie destila en la versión cinematográfica musical de Disney poco tiene que ver con el personaje creado por la escritora P. L. Travers en 1934, 'aunque ambas sean protagonistas de unos relatos a caballo entre los cuentos de hadas y los relatos de nonsense, en la tradición de Alicia o El maravilloso Mago de Oz', comenta Luis Daniel Rodríguez. Travers quedó tan descontenta de la adaptación al cine de su extravagante niñera que denegó los derechos para llevar a la pantalla los libros que continuaron la saga.
9. La princesa y los trasgos (George MacDonald). Amigo de Carroll -sus hijos fueron los primeros niños que leyeron el manuscrito de Alicia- George MacDonald es considerado el padre de la fantasía moderna. La princesa y los trasgos, su mejor obra, es un libro de aventuras ameno que tuvo gran importancia en la literatura fantástica posterior. 'Tolkien y C. S. Lewis no habrían escrito sus libros si no lo hubieran conocido en su infancia', señala Rodríguez. Dotada de un ritmo de novela policiaca, con cambios de escenarios y diálogos repletos de inteligencia y humor, la historia de la princesa Irene y el minero Curdie contiene sutilezas y distinciones como ésta: 'Ver no es creer' -le dice Irene al hada- 'es solamente ver'.
10. Bambi. Historia de una vida en el bosque (Felix Salten). 'El libro de Salten no debería ser ignorado a causa de la película: es excelente y trata con delicadeza y con claridad temas duros en la vida de un niño', asevera Luis Daniel Rodríguez. No hay nada de lacrimógeno en la historia de Bambi, una verdadera novela de aprendizaje, llena de fuerza y poesía y dotada de una gran calidad literaria.
LOS FAMOSOS Y SU CONOCIMIENTO CIENTIFICO
En Inglaterra han formado la Sense About Science bajo el lema “Seguir algunos de los consejos de nutrición y salud de las estrellas puede ser el camino más corto al cementerio”. Su objetivo es combatir las afirmaciones pseudocientíficas y las meteduras de patas de algunos famosos.
Aquí les presentamos algunas de las mejores frases dichas por las estrellas.
En 2007 la modelo Heather Mills (ex mujer de Paul McCartney), en una alocución realizada en 2007 en Hyde Park (Londres) propuso beber leche de rata para luchar contra el cambio climático. “Los animales criados para lácteos son una de las grandes amenazas para el medio ambiente”, dijo. “Debemos beber leche de rata. Y a quien le resulte demasiado asqueroso, que pruebe con la de perros y gatos”. La propuesta era tan extravagante que en este caso ningún científico se molestó en replicar.
La actriz Carol Alt en un debate del programa Politically Incorrect, de la cadena estadounidense ABC, confesó que solo comía alimentos crudos. ¿La razón?: “Al cocinar se produce la transhidrogenización de las grasas. Por eso, el cuerpo no puede leer su composición molecular y no las digiere. Eso hace que se solidifiquen y a nuestro metabolismo le cueste tanto eliminarlas”. El físico Dean Cliver, tuvo que aclararle que: “El organismo humano ha asimilado grasas cocinadas desde tiempos inmemoriales. Además, si no pudiéramos digerirlas, tampoco asimilaríamos sus calorías. Lo que desafortunadamente no ocurre”.
Tom Cruise, en una entrevista concedida en 2005 al programa Today de la NBC, afirmó que: “La psiquiatría no sirve de nada. Cuando estudias sus efectos, descubres que es un crimen contra la humanidad”. Sus palabras (dictadas por su fe en la Cienciología) despertaron las iras de Simon Wessley, psiquiatra del King’s College de Londres, quien mandó una carta para censurar las declaraciones del actor: “El verdadero crimen contra la humanidad es permanecer impasible ante los estragos que la enfermedad mental causa en todo el globo, y acentuar sus efectos con tratamientos equivocados”.
Kelly Osbourne, cantante hija del rockero Ozzy, aseguró en una entrevista a la cadena británica ITN: “Todo indica que el cáncer de colon de mi madre está causado por la píldora. Por eso yo no la tomo”. La chica no podía estar más desorientada, ya que varias investigaciones, como la realizada en 2007 por la Universidad de Aberdeen, han demostrado que tomar la píldora reduce en un 60 por ciento el riesgo de padecer cáncer de ovario, y un 20 por ciento el de colon.
Arnold Schwarzenegger, también fue tachado de alarmista cuando pidió prohibir los ftalatos, compuestos químicos presentes en algunos juguetes. “Están amenazando la salud de nuestros hijos y pueden tener graves consecuencias para su desarrollo físico”, afirmó el protagonista de Terminator. Sus palabras hicieron que un grupo de expertos, encabezados por el químico Peter Guengerich, le aclarasen que, aunque algún tipo de ftalatos puede ser nocivo, los que se usan industrialmente son inocuos, tal y como demostraron varias investigaciones, entre ellas la realizada en 2006 por la Oficina Química Europea. “Los ftalatos se utilizan hasta para fabricar material médico, como los catéteres”, añadió Guengerich.
El futbolista chileno Héctor Puebla, cuando le preguntaron: “¿Pero tú cuantos pulmones tienes para correr tanto?”, respondió con candor: “Pues uno, como todos”.
Mariah Carey, quien bautizó su nuevo disco con la ecuación de Einstein: E = mc2. ¿Por qué? La cantante explicó que: “La fórmula significa que Emancipación es igual a Mariah Carey por dos”, dijo la artista. Pero le salió un científico respondón, el matemático David Leslie, quien usó sus elevados conocimientos para explicar algo tan básico como que para multiplicar tiene que existir el signo x: “Mariah se equivoca al creer que mc se multiplica por dos. En realidad, significa al cuadrado, por lo que el título debería ser Emancipación es igual a Mariah Carey Carey.”
Paris Hilton, quien, al apuntarse como aspirante a turista espacial en el viaje que va a organizar Virgin Galactic, dijo: “¿Qué pasa si con eso de los años luz regreso dentro de 10 mil años y la gente que conozco ha muerto? Tendría que empezar de nuevo”.
Ana Obregón, quien en una entrevista concedida en 2004 a Semana aseguró ufana: “Como bióloga afirmo que mi hijo tiene genes de Borbón, y eso se le nota en la forma de andar”.
Madonna afirmó en The Times que: “La energía nuclear es un problema. Por eso estoy apoyando a una asociación científica que ha creado un método para neutralizar las radiaciones”. Varios investigadores le replicaron que muy científica no sería la asociación, ya que las radiaciones no pueden neutralizarse. Claro, que todo se entendió mejor cuando se supo que era un grupo cabalista, que había desarrollado una solución química que supuestamente limpió de radiaciones toda Ucrania.
La gobernadora de Alaska, Sarah Palin, quien durante un discurso en Pittsburgh, dijo: “El dinero de las subvenciones se va en investigaciones que no sirven para nada. Como esos estudios con la mosca de la fruta”. Sus palabras hicieron que muchos científicos le recordasen que la Drosophila melanogaster está siendo usada como sujeto de experimentación en varios laboratorios que investigan sobre temas “tan poco útiles” como el autismo y el alzhéimer.
Miroslaw Orzechowski, ministro de Educación de Polonia, pidió prohibir enseñar la teoría de la evolución. “Es una mentira”, dijo. “Mejor sería inculcar la verdad de la creación, que no ha podido ser cuestionada”.
Demi Moore confesó en una entrevista de David Letterman que sigue un tratamiento con sanguijuelas: “Te desintoxican por dentro, por una enzima que vuelcan en tu sangre. Pero no sirve cualquier sanguijuela. Tienen que estar médicamente entrenadas.”
Aquí les presentamos algunas de las mejores frases dichas por las estrellas.
En 2007 la modelo Heather Mills (ex mujer de Paul McCartney), en una alocución realizada en 2007 en Hyde Park (Londres) propuso beber leche de rata para luchar contra el cambio climático. “Los animales criados para lácteos son una de las grandes amenazas para el medio ambiente”, dijo. “Debemos beber leche de rata. Y a quien le resulte demasiado asqueroso, que pruebe con la de perros y gatos”. La propuesta era tan extravagante que en este caso ningún científico se molestó en replicar.
La actriz Carol Alt en un debate del programa Politically Incorrect, de la cadena estadounidense ABC, confesó que solo comía alimentos crudos. ¿La razón?: “Al cocinar se produce la transhidrogenización de las grasas. Por eso, el cuerpo no puede leer su composición molecular y no las digiere. Eso hace que se solidifiquen y a nuestro metabolismo le cueste tanto eliminarlas”. El físico Dean Cliver, tuvo que aclararle que: “El organismo humano ha asimilado grasas cocinadas desde tiempos inmemoriales. Además, si no pudiéramos digerirlas, tampoco asimilaríamos sus calorías. Lo que desafortunadamente no ocurre”.
Tom Cruise, en una entrevista concedida en 2005 al programa Today de la NBC, afirmó que: “La psiquiatría no sirve de nada. Cuando estudias sus efectos, descubres que es un crimen contra la humanidad”. Sus palabras (dictadas por su fe en la Cienciología) despertaron las iras de Simon Wessley, psiquiatra del King’s College de Londres, quien mandó una carta para censurar las declaraciones del actor: “El verdadero crimen contra la humanidad es permanecer impasible ante los estragos que la enfermedad mental causa en todo el globo, y acentuar sus efectos con tratamientos equivocados”.
Kelly Osbourne, cantante hija del rockero Ozzy, aseguró en una entrevista a la cadena británica ITN: “Todo indica que el cáncer de colon de mi madre está causado por la píldora. Por eso yo no la tomo”. La chica no podía estar más desorientada, ya que varias investigaciones, como la realizada en 2007 por la Universidad de Aberdeen, han demostrado que tomar la píldora reduce en un 60 por ciento el riesgo de padecer cáncer de ovario, y un 20 por ciento el de colon.
Arnold Schwarzenegger, también fue tachado de alarmista cuando pidió prohibir los ftalatos, compuestos químicos presentes en algunos juguetes. “Están amenazando la salud de nuestros hijos y pueden tener graves consecuencias para su desarrollo físico”, afirmó el protagonista de Terminator. Sus palabras hicieron que un grupo de expertos, encabezados por el químico Peter Guengerich, le aclarasen que, aunque algún tipo de ftalatos puede ser nocivo, los que se usan industrialmente son inocuos, tal y como demostraron varias investigaciones, entre ellas la realizada en 2006 por la Oficina Química Europea. “Los ftalatos se utilizan hasta para fabricar material médico, como los catéteres”, añadió Guengerich.
El futbolista chileno Héctor Puebla, cuando le preguntaron: “¿Pero tú cuantos pulmones tienes para correr tanto?”, respondió con candor: “Pues uno, como todos”.
Mariah Carey, quien bautizó su nuevo disco con la ecuación de Einstein: E = mc2. ¿Por qué? La cantante explicó que: “La fórmula significa que Emancipación es igual a Mariah Carey por dos”, dijo la artista. Pero le salió un científico respondón, el matemático David Leslie, quien usó sus elevados conocimientos para explicar algo tan básico como que para multiplicar tiene que existir el signo x: “Mariah se equivoca al creer que mc se multiplica por dos. En realidad, significa al cuadrado, por lo que el título debería ser Emancipación es igual a Mariah Carey Carey.”
Paris Hilton, quien, al apuntarse como aspirante a turista espacial en el viaje que va a organizar Virgin Galactic, dijo: “¿Qué pasa si con eso de los años luz regreso dentro de 10 mil años y la gente que conozco ha muerto? Tendría que empezar de nuevo”.
Ana Obregón, quien en una entrevista concedida en 2004 a Semana aseguró ufana: “Como bióloga afirmo que mi hijo tiene genes de Borbón, y eso se le nota en la forma de andar”.
Madonna afirmó en The Times que: “La energía nuclear es un problema. Por eso estoy apoyando a una asociación científica que ha creado un método para neutralizar las radiaciones”. Varios investigadores le replicaron que muy científica no sería la asociación, ya que las radiaciones no pueden neutralizarse. Claro, que todo se entendió mejor cuando se supo que era un grupo cabalista, que había desarrollado una solución química que supuestamente limpió de radiaciones toda Ucrania.
La gobernadora de Alaska, Sarah Palin, quien durante un discurso en Pittsburgh, dijo: “El dinero de las subvenciones se va en investigaciones que no sirven para nada. Como esos estudios con la mosca de la fruta”. Sus palabras hicieron que muchos científicos le recordasen que la Drosophila melanogaster está siendo usada como sujeto de experimentación en varios laboratorios que investigan sobre temas “tan poco útiles” como el autismo y el alzhéimer.
Miroslaw Orzechowski, ministro de Educación de Polonia, pidió prohibir enseñar la teoría de la evolución. “Es una mentira”, dijo. “Mejor sería inculcar la verdad de la creación, que no ha podido ser cuestionada”.
Demi Moore confesó en una entrevista de David Letterman que sigue un tratamiento con sanguijuelas: “Te desintoxican por dentro, por una enzima que vuelcan en tu sangre. Pero no sirve cualquier sanguijuela. Tienen que estar médicamente entrenadas.”
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